Para celebrar el 4 de julio

¡Ve que casualidad!, hoy que es 4 de julio empezamos la lectura de The Anti-federalist Papers.

Esa es la obra que elegimos, para el segundo semestre de 2018, en el Seminario del Capitalismo, organizado por el Centro de Estudio del Capitalismo, en la Universidad Francisco Marroquín.  El año pasado, por estas fechas, estabamos leyendo El federalista.

¡Happy fourth!  Una celebración propicia para meditar acerca de los principios que hacen posible la convivencia pacífica, la cooperación social y el bienestar.

Cada 4 de julio -si las cosas no cambian para mal-  se celebran la Independencia de los Estados Unidos de América y los principios, valores y virtudes, así como el documento fundacional de esa gran nación que es los EE.UU. Se celebran los principios que hicieron posible aquella república, y no a su gobierno, ni a sus políticas intervencionistas, racistas, o colectivistas.  No se celebra a su gobierno del color que sea, ni a sus defectos y menos a sus políticos y funcionarios, todos temporales. Se celebran las ideas universales expresadas en aquel documento que concluye con una frase que deberíamos meditar todos los chapines: Así que, para sostener esta declaración… nosotros empeñamos mutuamente nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor.

Ojalá que los ciudadanos de aquel gran país se dieran cuenta de lo que están echando a perder a manos de lo políticamente correcto y del misticismo.

En el Seminario de hoy, una frase de mi cuate, Jesús, me quedó grabada: Los Anti-federalistas le temían al poder nacional que socaba la autonomía de los estados porque, como escribió Montesquieu todo poder tiende a crecer.

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