02
Nov 15

¿Un prespuesto sin candados? No

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El equipo de trabajo del presidente electo, Jimmy Morales -coordinado por José Castañeda y Ramón Lam- acudió a la Comisión de Finanzas del Congreso de la República para discutir el proyecto de presupuesto del estado para 2016. La propuesta del equipo de Morales fue ¡que la nueva administración quiere un presupuesto sin candados!

Esta gente no ha aprendido nada como consecuencia de lo que está ocurriendo en el país. ¿Va a haber necesidad de hacerselos entender a sombrerazos?  La corrupción que ha permitido el enriquecimiento obsceno e ilícito de centenares de funcionarios a lo largo de la historia reciente de Guatemala es la arbitrariedad; y una fuente generosa de arbitrariedad es el presupuesto laxo. Si vamos a ponerle un ¡Hasta aquí! a la corruptela, vamos a empezar aquí y ahora.  ¡No tendrán su presupuesto sin candados!

Al contrario: Los tributarios queremos saber exactamente en qué van a gastar el dinero que toman de nosotros.  No queremos que vaya a intereses privilegiados, a socios, ni a patrocinadores.  Los tributarios queremos que sean eliminados del presupuesto -con claridad y definitivamente- todos los privilegios, todas las plazas fantasma e innecesarias, todos los pactos colectivos leoninos, sólo para empezar.  Los tributarios no queremos un presupuesto deficitario, no queremos más endeudamiento, no queremos más impuestos.  No van a poder gastar el dinero que nos quitan en lo que se les de la gana, cuando les de la gana. ¡Su presupuesto, Jimmy, debería tener la mayor cantidad de candados que podamos ponerle!

Dígale a su equipo que se ubique y que recuérdele que gobernar no es gravar para gastar.  Usted y su equipo todavía tienen que ganarse el respeto de los tributarios y de los mandantes; empiece por demostrarnos que podría merecer ese respeto.

#NosotrosMandamos7N


01
Nov 15

Evocación del fiambre y la tradición chapina

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¿Cual es el mejor fiambre? El mejor fiambre es el que sabe como el de la casa de tus padres, de tus abuelos, o de tus bisabuelos; pero también es el que tiene tu toque personal.  Es el que te recuerda tu niñez, tu adolescencia y tu proceso de maduración, y es el que tiene tu carácter.  El mejor fiambre es el que es acerca de tus raíces y acerca de tus ramas…para usar una metáfora como cualquiera otra.

Ya sabes, hay fiambres rojos, blancos y verdes; y cada familia tiene su propia receta y su propia versión de cualquiera de las variedades.  El fiambre es un plato tradicional de la cocina guatemalteca.  Es muy complejo y  requiere de todo el buen juicio,  la pasión y la sazón que pueda tener quien lo prepara.  Es un plato para compartir con la familia y los amigos.

Sospecho que la fiesta del fiambre es el Día de gracias chapín.  La del fiambre es una festividad que celebra los frutos del trabajo productivo y la dicha de tener con quienes compartirlos.  El año pasado leí, en Twitter,  que La verdadera soledad es no tener quién te regale un buen plato de fiambre.

En casa comenzamos a preparar el fiambre desde viernes pasado cuando cocimos y cortamos las carnes y los embutidos:  la cesina, la gallina, el cerdo y el pollo; así como las longanizas y las butifarras.  Seguimos el sábado cuando cocimos las verduras: zanahorias, arvejas, güisquiles, coliflores y repollos.  Ese día mezclamos los caldos y sazonamos el caldillo resultante con vinagre y miel de abejas.  También mezclamos las carnes, los embutidos y las verduras y el caldillo.  La miel de abejas le da un toque amaderado que en casa apreciamos mucho.

El primer sábado de octubre preparamos el encurtido de remolachas y en esos días hemos encargado los embutidos, así como adquirido los adornos enlatados y conservas: espárragos verdes y blancos, chiles morrones, atún, salmón, sardinas en aceite y en tomate, pepinillos ácidos y dulces,  aceitunas verdes rellenas y negras, pacayas cebollitas, rábanos, perejil colocho y lechugas.  Más tarde, el día 1 de noviembre agregamos camarones, huevos duros rodajados, chiles chamborotes y chiles chocolate a los adornos de los platos.  Ese día también añadimos rodajas de gelatina de cerdo, jamón de sangre, salami, lengua salitrada y otros jamones, así como queso duro y queso de capas, y algo de remolachas.

Como ves, la preparación del fiambre lleva varios días de planificación y de ejecución.  Y ya intuirás que, con tantos y tan variados ingredientes se requiere de un balance muy fino para que todo esto salga bien.  Ya no digamos para que salga magnífico y memorable.

Una vez un cuate extranjero me preguntó que  por qué es que usaba enlatados y conservas en vez de ingredientes frescos.  El sostiene que si se usan salmón y atún frescos, por ejemplo, sería mejor.  Y puede ser…¿por qué no?  Lo que pasa es que parte de la experiencia del fiambre está relacionada con recuerdos, nostalgia y tradición.  El fiambre, en mi casa, tiene que tener no sólo la sazón particular que nos gusta en casa, sino una íntima e inequívoca relación con los sabores y texturas que recuerdo en casa de mis padres y en casa de mi abuela.  Y allá se usaban enlatados y conservas.

Una vez más, el fiambre de este año nos salió como debe ser…estupendo como siempre. Y lo gozamos como debe ser y como siempre, con la familia y amigos.

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