La reforma electoral y el transfuguismo

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Una reforma electoral es buena, o mala, no porque sea reforma, sino por su contenido.  Digamos que una reforma es buena si contribuye a consolidar, o por lo menos a fundar un sistema republicano, si acaba con los privilegios, si amplía y fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, si opera en favor de los mandantes y de los tributarios, si aprovecha la energía y el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Si apunta a disminuir el nivel de decontento que hay -entre los mandantes y los tributarios- contra una clase política privilegiada, abusadora, corrupta e inepta.  El régimen de Chávez/Maduro/Cabello no es casualidad…es la consecuencia de décadas de política privilegiada, abusadora, currupta e inepta.  Y de élites que la consintieron y se beneficiaron de ella.

Una reforma electoral que apaña las malas prácticas dentro de los partidos, que financia esas organizaciones independientemente de su valor frente a los electores, que reparte cuotas de candidaturas entre clientelas y grupos de interés.  Una que eleva el populismo a niveles sudamericanos, una que protege a la clase política e impide que esta sea responsable frente a los ciudadanos.  Una como la que parece que se está discutiendo actualmente en el Congreso es una mala reforma.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.

Ahora, con eso de que el partido de Manuel Baldizón llegó a 52 diputados y tiene la bancada dominante en el Congreso, muchos están clamando contra el transfuguismo.  Empero…eso no me inquieta tanto.

El transfuguismo pone las cartas sobre la mesa y abre ventanas donde -de otra forma- habría oscuridad.  Hoy, en los diarios, están los nombres y las fotos de los diputados tránfugas.  Nadie debería invocar ignorancia cuando los vea en las papeletas en las próximas elecciones.  Nadie con dos dedos de frente debería apoyarlos, y votar por ellos.  Si el tranfuguismo estuviera prohibido…¿cómo sabríamos dónde están las lealtates? ¿Cómo sabríamos quien está con quien?  ¿Cómo sabríamos quien es de un color, y quien de otro?

Por otro si has sido electo diputado por un partido, y esa organización se corrompe…¿por qué no cabría la posibilidad de que abandones esa organización y te pases a una mejor?  O al revés.  Si has sido electo por un partido, pero te sientes incomodo porque prefieres algo más corrupto, ¿no es mejor que abandones la organización decente y que te vayas a echar pulgas a otra parte?  En ambos casos, si el llamado transfuguismo ocurre sobre la mesa tus electores pueden verlo y tratar de entenderlo, pueden echar pan en su matate y tu te enterarás en las próximas elecciones.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.

Por otro lado…¿qué es peor que un grupo como el de Baldizón tenga una bancada mayoritaria?  Pues peor sería que hubiera concentración del poder.  Peor sería que los pipoldermos -cualquiera que sea su color- tuvieran el control del Ejecutivo y del Legislativo.  La distribución de poderes y funciones es una característica fundamental de una república sana.  Claro que la responsabilidad de los electores, a la hora de votar, tiene mucho que ver con entre quienes se distribuye el poder.  No tiene la culpa el loro, sino quien le enseña a hablar.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.

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4 comments

  1. Francisco Vargas

    No se porque el transfugismo les molesta a tantas personas. Si los diputados no son representantes de ninguna persona mas que de los que les pagan su campaña y de su misma codicia.

    Necesitamos que el TSE se reforme y propongue un sistema verdaderamente representativo, desde concejales y síndicos municipales hasta diputados. Hay que dividir el país en distritos electorales, y no más de 51 diputados, como fue antes del golpe de estado de 1982. Tampoco deben existir cuotas por etnia ni sexo. Igual vale un voto de un hombre que el de una mujer, que vale el voto de un catrín de la capital que el de un campesino de San Juan Cotzal.

    Los concejales, síndicos y diputados deberían poder ser propuestos por comités cívicos y por partidos.

    Diseñen una fórmula basada en cantidad de ciudadanos inscritos vivos y no en población.

    Saludos amigos!

  2. Geraldine Pearse

    Muy cierto, Sr. Vargas.
    Hay demasiados diputados, nos salen muy caros y no sirven para nada.
    También es cierto que se debe votar por capacidad y no por raza o sexo.
    Además, yo no tengo idea por quién vote. Quiero listados claros.

  3. Lázaro Chacón

    Que opinas de tres diputados por departamento, electos con nombre y apellido? La mitad se cambia cada dos años, a la mitad del período presidencial, y que puedan correr con comités cívicos. A como se elige hoy la silla es del partido, no escogemos personas, asignamos curules a partidos y los partidos escogen a quién sientan en ellos, a como es hoy el diputado transfuga debiera renunciar y el partido pone otro en su lugar, por cierto esta idea la escuche de Pedro Trujillo

  4. Me encanta la idea de escoger por nombre y de que haya elecciones a medio período. Saludos, Lázaro.