La falta de vacunas contra los neumococos –que comentamos ayer– se debe a que el Ministerio de Salud no ha pagado a una deuda que tiene con la Organización Panamericana de la Salud. Seguramente la excusa será que no hay dinero para pagarla; pero…seguramente sí hay dinero para otras cosas. ¿Para viajes de expertos del Ministerio a Seminarios y Conferencias? ¿Para la gasolina de los altos funcionarios de la Cartera? Tu ya sabes, ¿o no?
Luego de leer aquello nos enteramos de que el Ministerio de Ambiente construirá un laboratorio de Calidad Ambiental, para analizar muestras de aguas residuales y verificar si contienen elementos que contribuyan a la contaminación de los recursos hídricos, principalmente en la cuenca del lago de Amatitlán. La Cartera not tiene terreno; pero el Gobierno de Corea del Sur ya les donó $4 millones para la construcción del recinto.
Si las prioridades dependieran de mí, y si me preguntaran, yo opinaría que es más urgente comprar vacunas para evitar la muerte de muchos niños que construir un laboratorio que no hace falta. ¿Por qué no hace falta? Primero porque la contaminación de las aguas residuales y las cuencas es evidente. No hace falta ser químico, ni nada para darse cuenta. Pero…supongamos que el ojo de buen cubero no es suficiente y que hacen falta evidencias científicas. Esas las puede producir cualquiér laboratorio privado existente y cualquier laboratorio estatal existente. No hace falta construir un nuevo edificio, hacer nueva burocracia, ni generar nuevos gastos fijos para obtener evidencias científicas de muestras de agua.
Los coreanos hacen mal en darles dinero a los pipoldermos para estas cosas cuando hacen falta otras. Y los políticos y sus funcionarios hacen muy mal en desperdiciar los recursos escasos no sólo de los tributarios locales, sino de los tributarios extranjeros. Hacen mal en usar el dinero que podría servir para salvar vidas de bebés, en proveer de un laboratorio -para el que todavía no tienen terreno lo que significará más desvío de recursos- a quién sabe quienes.
Y luego está la historia esa de que las evidencias científicas servirán para demandar a entidades contaminantes. Yo quiero ver quién y cómo va a demandar a las municipalidades que son responsables de mandar popodrilos, cacaimanes y pipirañas a los ríos y lagos. ¿Quién y cómo va a atreverse demandar a pequeños agricultores que vierten aguas cargadas de nitrógeno, fósforo y potasio en los ríos y lagos? ¿Quién y cómo va a demandar a grandes industrias que arrojan deshechos en las cuencas?
Verdaderamente da rabia tanta estupidez y descaro.
Hace más de cuarenta años que sabemos de la contaminación del lago de Amatitlán y jamás se ha hecho nada al respecto. ¿En qué va a cambiar eso con un edificio y el desperdicio de más dinero? Y lo peor, por supuesto, es la falta de vacunas.