El tupé de la dirigencia católica

Para ser dirigentes de una organización que tiene riquezas inmensas, y que goza del privilegio de no pagar impuestos, la dirigencia católica tiene tupé cuando publica algo como el manifiesto difundido durante la semana pasada.

Publicación, por cierto, con la que contribuyeron todos aquellos finqueros, mineros, industriales, comerciantes, banqueros, y otras personas productivas que sostienen con sus limosnas y donaciones a la organización que los ataca, que perjudica sus derechos y que los tiene moralmente de menos.

Yo sentiría algún respeto por las propuestas de la Conferencia Episcopal si entre ellas incluyeran algo así como que n ningún caso el Congreso emitirá ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.

Sentiría algún respeto por las propuestas de los obispos si estos renunciaran a su privilegio de no pagar impuestos; o sí, mejor aún, denunciaran a estos como el robo que son y -como pastores- protegieran a su rebaño (nunca mejor dicho) contra el saqueo, la expoliación y el engaño que sufren a manos de los pipoldermos.

Sentiría algún respeto por los dirigentes de la iglesia católica si no aceptaran las limosnas y las donaciones de aquellos a quienes atacan cuando promueven la reforma agraria y cuando conspiran para impedir el desarrollo industrial y comercial.  Han conseguido la sanción de sus víctimas; pero no está de más ponerlos en evidencia.

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  1. Las Iglesias reciben un platal y no son auditados. No se sabe que hacen con el dinero que reciben como donación. Son buenos para pedir e irresponsables en sus declaraciones y en su proceder.