La SAAS y los siete años de encubrimiento

Siete leguas era el caballo que más estimaba Francisco Villa, según dice el corrido; siete son los días de la semana y siete son las vidas que tiene un gato.  Siete son las notas musicales, siete son los colores el arco iris y siete son los pecados capitales.

Me llaman el siete mares, porque ando de puerto en puerto, dice una canción de José Alfreco Jiménez.  Siete eran las maravillas del mundo antiguo y siete años de impunidad y de encubrimiento se recetó la Secretaría de Seguridad y Asuntos Administrativos de la Presidencia de la república, a sólo una semana de que se hicieran públicas las escándalosas compras de licor y alquileres de autos blindados que -durante la administración socialdemócrata de Los Colom-Torres/Espada, fueron hechas en esa dependencia con dinero de los tributarios.

¿Urge una ley anticorrupción y -para escarmiento de los corruptos- el acuerdo que permite aquel encubrimiento debe ser derogado.

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  1. ¡Qué descaro! Pero aún somos más descarados los chapines que nos quedamos impávidos ante semejante absurdo. ¿Cómo así que de esta manera se resguarda la seguridad presidencial? ¿La seguridad presidencial para no rendir cuentas claras? ¿La seguridad presidencial para evitar que los corruptos vayan a la cárcel? No… esto si es el colmo de la desvergüenza.

  2. Aparentemente, hay un ofrecimiento del Presidente electo, de hacer la derogatoria del decreto, el mismo día de la toma de posesión.

    Pérez Molina objeta reserva de información en SAAS y anuncia derogatoria

    Por el bien del país, espero que se cumpla ese ofrecimiento público, como todos los demás realizados.