Luisfi colgado y un encuentro con Hayek

Hoy empecé la mañana colgado.   Como parte de las discusiones alrededor del capítulo VIII de Los fundamentos de la libertad, por Friedrich A. Hayek, participé con mis estudiantes en un taller de cuerdas acerca de la responsabilidad, del riesgo y del riesgo calculado.

Básicamente el asunto es explorar uno su zona de comfort, y lanzarse responsablemente al riesgo calculado desde una altura considerable, y tocar una campana.

En el capítulo citado, Hayek explora los efectos que tiene, en una república y en la legislación, por medio de los procedimientos democráticos, las mentalidad propia del asalariado, para quien numerosas libertades carecen de interés siendo que le es difícil comprender que el mantenimiento de su nivel de vida depende de que otros puedan adoptar decisiones libremente.

Es inevitable, dice Hayek, que los intereses y valores de quienes trabajan por cuenta ajena sean algo distinto de los intereses y valores del que acepta el riesgo y la responsabilidad de organizar la utilización de los recursos.

La verdad es que pasamos momentos muy divertidos y emocionantes enfrentando el reto de tocar la campana y pensando acerca de lo que nos enseña Hayek acerca de este tema.  Asunto de importancia en temporada electoral y en todo momento en el que a uno le inquiete la dirección que toma el manejo de la cosa pública.

¿Mi consejo para los estudiantes? Lean detenidamente a Hayek, que es genial; y coman sano y hagan ejercicio.  Más que tomar la decisión de tirarme y tocar la campana, lo que me costó fue el ascenso.  Todos pasamos un buen rato gracias al Centro de Excelencia de la Universidad Francisco Marroquín.

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