Hoy me encontré con un artículo titulado Cómo le ganó Occidente a Oriente. Y su tesis es que aunque China dominó el mundo durante los primeros 18 siglos, el dominio económico pasó de aquel gran país a Europa y luego a Los Estados Unidos de América; pero que ahora volverá a empezar la vuelta al mundo. El artículo les atribuye las revoluciones industriales y la consolidación de imperios a la geografía, no a la genética, las creencias, o a los grandes hombres.
Dicho lo anterior, no estoy de acuerdo con el artículo en cuestión y me parece mucho más objetiva la explicación de Louis Rougier en El genio de Occidente. Dice Rougier que China e India, antes de la llegada de visitantes occidentales, nos proporcionan el cuadro de unas civilizaciones frenadas por las mismas fuerzas que afectaron al Occidente latino [Roma se hab[ia convertido en una sociedad esclerótica, burocratizada…la fe había desplazado a la razón. Florecían religiones de salvación y falsas ciencias…Los Padres de la Iglesia condenaban la sed de conocimientos como una peligrosa vanidad…El espíritu crítico fue aplastado] A pesar de los comienzos prometedores…la ciencia china…no podía desarrollarse. Los legalistas y confucianos no se interesaban por la naturaleza, y los taoístas repudiaban la razón y la lógica. El pensamiento chino nunca concibió la idea de leyes naturales suceptibles de expresión matemática. El estudio de la naturaleza alestilo chino no se basaba en el método hipotético-deductivo de los griegos y los científicos modernos, donde las hipótesis son verificadas mediante experimento, sino en observación directa y superficial y en la intuición estética.
A Occidente del siglo XXI le puede ocurrir lo que le ocurrió al Occidente latino y a China. Si Occidente abandona la razón, puede ocurrir que sea desplazado. Pero no por razones geográficas, sino por una mala elección de valores y creencias.
Dice Rougier que la civilización occidental es el resultado de una mentalidad que insiste en liberarse de tabúes, interdictos y costumbres ancestrales carentes de utilidad social; que se obliga a sí misma a comprender el mundo circundante a fin de poder dominarlo mediante la acción de sus propias leyes; que se esfuerza incesantemente por mejorar las condiciones de vida para que la existencia valga la pena para el mayor número posible de personas; pero que siempre insiste en que el progreso sólo puede darse mediante procesos que respeten la dignidad del individuo.
Si abandonamos esa mentalidad, Occidente puede ser desplazado. Y si eso ocurre…ojalá que fuera por una civilización que rescatara aquellas premisas; y no por una más irracional, más mística y más estática.
En una palabra “superstición”. Lo que no permite darle paso al desarrollo es la superstición.
[…] que el gato cace ratones -en alusión a la manida frase de Teng Hsiao ping-; pero sostengo que la visión de Louis Rougier sobre la naturaleza de Occidente es más útil para entender lo que pasa en China, […]