No están muy galanes que digamos, pero estos son los primeros jocotes marañones o anacardos que veo en la temporada. Su inconfundible aroma es propio de la temporada de calor en Guatemala; y trae recuerdos de playa, de celebraciones callejeras y de fiesta.
A mí no me gustan vivos por lo astringente; pero el refresco y los helados de marañones de verdad me parecen deliciosos a más no poder. Y, por supuesto, también me gustan las semillas asadas. Recuerdo que mi tía abuela La Mamita las ponía a asar entre las cenizas del carbón, o bien, las secaba y pintaba caritas de mono en las semillas. Ella tenía mucha habilidad para esas cosas y, por ejemplo, también hacía peces son las semillas de los mangos de pita.
Estos marañones están muy bien acompañados por kiwis, mangos verdes y aguacates.
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This entry was posted on miércoles, febrero 17th, 2010 at 10:27 am and is filed under alimentos, costumbres, frutas, La Mamita.
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Estimado Luis Figueroa: Espero aun su respuesta a mi comentario sobre ProReforma. Gracias.Carlos Fajardo rabano.fajardo@gmail.com
¡Chispas!, ¿cuál era el comentario?