Hoy vemos que la importación de bienes de capital ha caído 29%; y para entender la gravedad de este desplome, le recomiendo que se tome unos minutos para comprender la relación que hay entre el capital, la productividad y el bienestar. Por favor, vea: Cómo mejorar el nivel de vida.
Este indicador se suma a la noticia de que ha caído la recaudación tributaria y a hechos como que ha crecido el desempleo, como que el mercado de bienes raíces se está encogiendo, como que los precios de la comida rápida están bajando, y otros que, estoy seguro, que usted ha visto y sentido. No es extraño, enmedio de una crisis de dimensiones mundiales, que expertos del banco central observen que Guatemala está a un paso de la recesión.
Por eso es irresponsable que personajes como Enrique Iglesias, expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, aseguren que no se ven sombras de recesión en el país. Las declaraciones de Iglesias están en la página 6 de Siglo Veintiuno de hoy; pero no las encontré en su sitio Web. Es irresponsable, digo, porque todavía hay gente que cree en la burocracia internacional, a pesar de su ineptitud; y si el expresidente del BID dice que no hay sombras de recesión, ¿cómo se va a proteger la gente que cree en él y en los de su clase? Es irresponsable porque declaraciones así ciegan a los burócratas y políticos que quieren extraer más recursos de los tributarios para repartirlos políticamente entre su clientela.
Las buenas noticias, sin embargo, son que la crisis no tiene por que ser tan severa como se pinta que viene. Eso sí, para ello se deben abandonar las políticas intervencionistas y reguladoras que la originaron -en primer lugar-.
