Ayer, mientras participaba en el programa de radio Hablando Claro, su director Mario David García entro a la cabina con la noticia de que José Rubén Zamora, presidente de El Periódico, estaba desaparecido. Y al rato, entro con la novedad de que ya había aparecido, pero lastimado.
¡Me alegro de que Jose esté bien!; pero, carajo, ya sea que su agresión y secuestro haya sido un acto de criminalidad común…u otra cosa; es una desgracia que ocurran este tipo de cosas.
Los chapines eligieron a Alfonso Portillo porque creían que su maridaje con Efraín Ríos Mont era una fórmula ganadora contra la criminaliad; y se equivocaron de cabo a rabo. La administración de Oscar Berger fue un chiste para la delincuencia. Y la chapinada eligió a Alvaro Colóm porque se tragó lo de que la violencia se combate con inteligencia, frase que no pasó de ser una consigna electorera.
Pensando en cuál es la raíz del problema de la delincuenica, me topo con un artículo de Paul Johnson (Modern Times), que fue publicado en Forbes.com (09.01.08) “What should government do? I am tempted to write: As little as possible. But this is not true. There are times when government should do a lot in certain areas–but these areas are few. I used to say to Prime Minister Margaret Thatcher: There are three things a government must handle, for no one else can: external defense, internal order and maintaining an honest currency. She was impressed by this dictum, to the point that she opened her capacious handbag, took out her pen–along with the notebook she kept for such purposes–and wrote it down. I added: Of course, a government can–and occasionally ought to–do all kinds of things. But the more additional things it takes on, the more likely it is that it will neglect the three musts“