06
Feb 09

El fin de las parabólicas…el fin de una era

Uno de mis vecinos ha desmantelado su antenta parabólica; y mientras yo observaba parte del proceso pensé que el fin de las antenas parabólicas, es el fin de una era.

Allá por principios de los años 80 la televisión por cable empezó a estar disponible para los guatemaltecos; y casi paralelamente a ese servicio aparecieron las parabólicas. Tener cable era cuestión de status; pero tener parabólica era un nivel más alto. Y mientras más grande era la parabólica…¡más status! En el interior del país, a donde no llegaba la televisión local, y donde no había servicios de cable, las parabólicas eran una necesidad.

Esas antenas ponían en manos de sus propietarios exclusivos un mundo que ahora está disponible para todos por medio del cable. ¿Se ha dado, usted, cuenta de que en La Limonada ya no se ven antenas de televisión ni nada parecido? Eso es porque en esa área marginal casi no hay quien no tenga cable.

Algo divertido con respecto a las antenas parabólicas es que eran chismosas. Lo que no ocurre con el cable. Resulta que para ver la progamación del satélite que ofrecía pornografía, la antena tenía que estar apuntada perpendicularmente. Y entonces, uno podía suponer que si veía una antena apuntando para arriba, sus propietarios veían la programación de aquel satélite.

Ahora, las antenas de otros servicios similares son de tamaño discreto y tengo la impresión de que no delatan a sus usuarios.


05
Sep 08

Sin tetas…

Acabo de toparme, en el canal Golden, con la serie colombiana Sin tetas no hay paraíso, que ya me había recomendado mi cuate José Eduardo.

En el mundo del narco, que la serie muestra en todo su esplendor kitsch que ataranta, las tetas son la llave para para satisfacer los deseos y la ambición. De modo que, qué desea más que nada una chica que quiere salir de pobre: tetas.

En España, la serie fue retirada porque contiene estereotipos denigrantes para la mujer que suponen un retroceso social y por el trato deslumbrante que se da al mundo de la prostitución y al del narcotráfico.


04
Sep 08

Para mis amigos, lo que quieran…

Cuéntase que cierto dictador decía: Para mis amigos, lo que quieran; y para mis enemigos: la ley. Y sólo así me explico la decision de la administración socialdemócrata guatematleca, en cuanto a rebajarle el impuesto a los rendimientos del capital, que paga el monopolio de la televisión abierta.

Digo, porque la misma administración está promoviendo un paquetazo tributario para subirle los imupuestos a usted, y a todos los demás, con la cantaleta de que no hay suficientes recursos (pero los que hay los maladministran, los desperdician y se los roban); y, sin embargo, le baja los impuestos a la tele.

Lo curioso es que el de la televisión es un negocio redondo -con muchísima influencia y hasta poder político- tanto es así que esta es la segunda vez que el monopolio obtiene el privilegio de una rebaja en los impuestos que paga.

Y yo, por eso, no me trago eso de que no hay dinero y de que debemos pagar impuestos sin chistar. Eso está bien para las ovejas y para los súbditos…pero no para ciudadanos responsables, ni para tributarios hartos de ser esquilmados. Y usted, ¿qué piensa?


06
Jul 08

Un buen lugar para visitar: la dimensión desconocida

The Twilight Zone o La dimensión desconocida es una de esas series de televisión que inmediatamente me llevan a mi infancia. Yo solía disfrutar mucho de sus ingeniosos y sorpresivos capítulos.

Durante la Objectivist Conference 2008, que estoy atendiendo, Leonard Peikoff mencionó que uno de sus capitulos favoritos es A Nice Place to Visit; y ciertamente estoy de acuerdo con él. Hace ratos, cuando leí La economía explicada a mis hijos, por el cuate Martín Krause, me acordé de esta historia cuando leía el relato de Jauja en el libro citado.

Hoy, que es domingo, los dejo con A Nice Place to Visit:


08
May 08

¡El pequeño Adam!

El mundo del pequeño Adam era un programa que me gustaba mucho, cuando yo tenía unos 5 ó 6 años de edad. Nótese lo moderno de las naves espaciales. El programa era sobre cosas científicas y siempre concluía cuando Adam le hacía una pregunta a Wilbur (el chico de los anteojos); y este contestaba: “Eso, pequeño Adam, es otra historia”.


30
Jul 07

Doña Beija y la República de los coroneles

Mi amigo, Contantino, que no ha de tener mucho que hacer, me envió un enlace a escenas de la telenovela brasileña Doña Beija. Me trajo recuerdos porque yo era aficionado a esa teleserie, a la Esclava Isaura y a otra telenovelas de aquel país. Me gustaban porque la temática era muy diferente a las de los culebrones mexicanos, o venezolanos que normalmente ponen en la tele. Siempre tenían cierto contenido cívico. Y que conste que no lo digo para justificarme, je je. Esta novela tenía que ver con la República de los coroneles, una parte importante de la historia de aquel gigante sudamericano.

Recuerdo que pasaban Doña Beija justo antes de la emisión nocturna del noticiario TelePrensa, que conduje durante unos meses en el Canal 11. Muchas veces llegué tarde y corriendo al set por estar viendo el final del capítulo del día. Una vez llegó de visita una ministra, o secretaria de la Presidencia y le dije: acompáñeme y veamos Doña Beija. Y la senté ahí a mi lado.

Comparto con ustedes las escenas de Doña Beija.


23
Jul 07

Lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta

Leo que “han transcurrido tres años y medio desde que los canales 5 y 9, los dos últimos de frecuencia abierta VHF del país, fueron entregados a la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala (ALMG) y al Congreso de la República, y todavía no están en el aire”. Este injustificable desperdicio de recursos tiene sus raíces en aquel dicho que dice: “lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta”.

Ni la dirigencia indigenista, ni el Congreso están en capacidad de operar canales de televisión. Sinceramente pongo en duda que puedan hacerlo sin perder dinero en canastos, y menos aún ofreciendo algún tipo de programación que sea atractiva para los televidentes. Esos dos grupos recibieron los canales como un favor político y ya sabemos qué es lo que ocurre con la televisión cuando las frecuencias son una dádiva del poder.

Mi propuesta es que aquellos canales sean puestos a disposición de la Superintendencia de Telecomunicaciones y que las frecuencias sean subastadas para que alguien con talento los aproveche.