Si me preguntas cuál es la mejor semana para visitar Guatemala, no dudo en recomendar la que empieza hoy, que es la más chapina de todas.
Entre el furor playero y los santoentierros, los chapines nos la arreglamos para hacer de esta temporada algo intenso, con algo para cada uno de los cinco sentidos…y más A mí siempre me lleva a mi niñez en la playa, o en Panajachel. Me recuerda los preparativos en casa de mis padres y las tradiciones en las casas de mis abuelas. En casa, el Viernes de Dolores ¡era día de empacar!
Es temporada del bacalao a la vizcaína, miel de garbanzos, moyetes y torrejas, pan hecho en casa, encurtido, mangos en dulce, empanadas y pescado seco envuelto en huevo y con verduras. Es tiempo de chinchivir, tiste, horchata y refrescos de jocotes marañones, tamarindo y chan.
Es la temporada estival de tardes remolonas y de noches para salir a caminar y disfrutar de las tradiciones. Es temporada de celajes de oro y de Pastis. Es tiempo propicio para practicar el antiguo arte de people watching; y para enriquecerse con la cultura de sacar a bailar a Judas, con la de salir a ver procesiones, y con la de los diablos en la Costa Sur. No es necesario ser religioso para disfrutar las docenas y docenas de expresiones populares que se ofrecen en todos los rincones del país.
Guate se viste de colores en esta temporada. Ahí están las magníficas jacarandas y las buganvilias multicolores. Ahí están los matilisguates y los paloblancos. Todavía hay candelarias moradas y esquipulas anaranjadas. ¡Es la temporada en la que todo huele a corozo, a marañones y a incienso!
¿Cuál es mi plato favorito de este tiempo? El bacalao. En casa lo cortamos en cubos y lo remojmos para quitarle la sal. Luego de colarlo y secarlo lo freímos en abundante (¡abundante!) aceite de oliva, cebollas rodajadas finamente, ajos picados y salsa de tomates, con chiles guaque; a la que le añadimos tiras de morrones, aceitunas rellenas de pimientos y alcaparras sin sal. Luego lo comemos sobre arroz blanco, y remojamos pan francés de horno de leña en la salsa. Y así, le haim, celebramos la dicha de compartir la vida con quienes amamos.
Columna publicada en El periódico.