Un concierto juguetón, así como una estupenda combinación de arte y técnica, ofrecieron anoche Lucille Chung, Alessio Bax, Daniel Del Pino, y Alon Goldstein en la Piano Extravaganza que presentó la Organización para las Artes de la Universidad Francisco Marroquín.
Aparte de la música y de las interpretaciones, impecables; lo más notable fue notar cómo fue que los pianistas se comunicaban con miradas y señales y cómo cada quién -con su personalidad particular- se expresaba como parte de este cuarteto. Así con vehemencia, como con dulzura, los pianistas estaban como jugando y nos ofrecieron un espectáculo de primera. El encore, por cierto, fue una pieza a ocho manos -poco más o menos- en la que los cuatro pianistas se empujaban y brincaban para transmitir el gozo y la alegría que producen la música y el amor a la música. El auditorium estaba casi lleno y la gente aplaudió de pie con mucho entusiasmo.
El programa incluyó La primavera, de Vivaldi; Sonata para dos pianos KV 448, de Mozart; Fantasía, de Carmen, de Bizet; la Obertura de Guillermo Tell, de Rossini; La Trucha, de Schubert; y Stars and Stripes Forever, de Sousa.
El sábado 11, a las 5:00 habrá otro concierto, también en la UFM; pero con programa distinto.
