El corporativismo es una idea fascista que parte del principio de que la participación en la cosa pública parte de la actividad específica que las personas desarrollan en la sociedad; y que, desde esa posición, eligen entre sus iguales para que los representen.
El corporativismo facilita las negociaciones políticas entre grupos de interés, dejándo al margen a los tributarios y electores que no están vinculados a los grupos oligárquicos que tienen el privilegio de integrar aquellos colectivos. Los grupos que participan en el corporativismo se autoeligen, se autorepresentan y se autolegitiman.
¿Por qué oligárquicos? Pues porque en una oligarquía el poder está en manos de pocas personas; la oligarquía es un grupo minoritario de personas, pertenecientes a un mismo estrato social, generalmente con gran poder e influencia, que dirige y controla una colectividad, o institución. Mira los nombres en cada uno de los grupos que acuden a la Plataforma Nacional para la Reforma del Estado y verás que son los mismos. La misma gente, de los mismos grupos de interés, usando el poder y su influencia para velar por los intereses de sus grupos de interés.
¿Quién eligió a esa gente para que se constituya en la plataforma nacional para la reforma del estado? ¿A quién representan y qué representan? ¿Por qué creen que representan legítimamente algo más que sus propios intereses? ¿De dónde, exactamanente, sacaron un mandato para reformar el estado? ¿Hacia dónde va la reforma que promueven? Sospecho que, en realidad, son oportunistas que están pescando en río revuelto. Oportunistas que usan estrategias fascistas para hacer avanzar sus agendas. Son el Caballo de Troya que pocos se atreven a poner en evidencia porque…qué pena, luego se dirá que no somos la generación del diálogo.
¡Cuidado con los grupos que -en el mejor estilo constructivista- quieren componerlo todo! Cuidado con los que quieren una asamblea constituyente, la revolución, la refundación del estado y el atraso de las elecciones entre otras acciones igualmente de irresponsables. ¡Cuidado con los que se autodenominan como tus representantes…sin preguntarte antes!
Dicho lo anterior, comparto un consejo de Ayn Rand para meditar: En todo conflicto entre dos hombres (o grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, el más maligno, o irracional es el que gana. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos, o difusos eso obra en ventaja del lado irracional.