20
Abr 11

¡Ya hay pan para Judas!

En la Costa Sur de Guatemala, se acostumbra preparar pan para Judas. La costumbre es que, el miércoles, grupos generalmente de jòvenes van de casa en casa y por las calles con música y pidiendo pan. La gente le da pan a Judas y por unos pesos los jóvenes bailan con el apóstol. También es costumbre que la gente intercambie pan.

El origen de estas costumbres, digo yo, es porque antaño las panaderías cerraban durante la Semana Mayor y, por lo tanto, la gente tenía que hacer su propio pan. Y luego…la necesidad se convirtió en fiesta, como suele suceder. La comida se disfruta más cuando se hace compartida; especialmente cuando se comparte con quienes se les tiene cariño, respeto y admiración.

Pues bien…ayer vinieron doña Lucy y Elsa a hacer pan para Judas en la casa. Mi madre se sumó en la segunda tanda. Estuvo alegrísimo e hicimos (en el mismo sentido que la mosca dice aramos) dos tipos de pan distintos. Uno con abundantes huevos y leche, y vainilla de verdad; y otro diétetico y con esencia de vainilla de la que se usa en los pueblos. Ambos salieron estupendos.

En la Costa, la costumbre es comer el pan remojado en miel de garbanzos, que también preparamos ayer, junto al dulce de garbanzos tradicional de la ciudad de Guatemala.

El año pasado hicimos pan sin la asesoría de las expertas; y aunque el sabor estaba bien, la textura no era la apropiada. Este año el pan salió como debe ser.


17
Abr 11

Tonita nos obsequió moyetes

Los moyetes son uno de mis postres chapines favoritos.  No los hacemos en casa porque son algo complicados de preparar, y a mí no se me dan bien los envueltos en huevo.  Básicamente son panes de manteca o moyetes rellenos con crema y aderezados con pasas y ron, envueltos en huevo y remojados en una miel de azúcar.

Estos que comimos ayer, sin embargo, son los moyetes más ricos de todo el universo mundo.  Nuestra benefactora, Tonita, los prepara con almendras picadas que añade al relleno y eso los eleva de forma sublime.  Los moyetes se distinguen de las torrejas chapinas porque estas no tienen relleno, aunque son muy sabrosas.

La palabra moyete se refiere tanto al pan que se utiliza para preparar este postre, como al postre mismo, de modo que puede ser confusa.  Moyete le apodaba, mi hermano Gustavo, a mi sobrino Luis Andrés cuando era un bebé; y moyete es el nombre de un negocio de mi amiga querida.

Los panes moyetes son dulces y espolvoreados con harina.  Los chapines los comemos con jalea, o mermelada; y acompañados por café.

La foto la tomó Raúl, de Así es la vida.


16
Abr 11

¡Hicimos mangos en dulce!

El primer postre de temporada que hicimos en casa, hoy, es el de mangos en dulce.   La casa se llenó de su aroma y a mí me gusta mucho su color, aparte de su sabor.

La receta original es con miel de azúcar y canela; pero en casa nos gusta darle un toque con pimienta negra, pimienta gorda y clavo, especias que resaltan el sabor natural de la fruta.  Ahora se están enfriando y mañana me los gozaré en el desayuno.


21
Mar 11

Fue cancelado el Día de la Tortilla

Hoy se hubiera celebrado el Primer Día nacional de la tortilla, si no hubiera sido porque el Ministerio de Cultura mandó a cancelar la fiesta.  Los de siempre dispusieron que había intereses oscuros y racistas detrás de la propuesta y se acabó la celebración.

Yo si celebraré a las tortillas hoy.  A mí me gustan mucho, siempre que sean recién salidas del comal y de maíz nuevo.  Me fascinan con mantequilla y sal y hubo un tiempo en que me comía 12 con el almuerzo, cuando había una tortillería frente a mi casa y aquellas delicias venían directo a la mesa con sólo atravesar la calle.  Me gustaban mucho, en otro tiempo, cuando la cocinera Marina me llevaba unas con hierbas o aguacate, mientras miraba televisión ¡antes de almorzar!

Allá por 2002 compramos un comal en la casa y, para su inauguración, llegó mi amigo Rafa a enseñarnos a tortear.  Así que una noche hicimos huevos al comal, pollo deshebrado y un grupo de amigos queridos y yo tratamos de aprender a hacer tortillas a mano.  Yo no tengo el talento, así que no las hago a mano.  Pero así como entonces hicimos fiesta para inaugurar el comal, hoy me comeré mis tortillas con doble gusto: por el placer de hacerlo, y por el placer de reirme de los trabes de la gente.  La foto es de aquella celebración en 2002.


07
Mar 11

¿El atún más chapín?

Me acabo de encontrar con un concurso; y el reto es crear la receta del atún más chapín.  El certámen es organizado por Pacífico Azul, una marca de atún enlatado.

Entonces se me ocurrieron algunas preguntas y varias posibilidades porque, como soy cocinero me llamó la atención el asunto.

¿Qué es ser chapín?
Ser chapín, ¿tiene que ver con la tradición, o se puede crear algo ahora y declararlo como chapín?
¿Es lo mismo algo chapín, que algo a la chapina?

En Carpe Diem, uso el adjetivo chapín, no sólo como sinónimo del gentilicio guatemalteco; sino como un calificativo relacionado con ser y actuar como guatemalteco.  Es decir que soy chapín cuando pido un cafecito, en vez de pedir un café; cuando evado dar respuestas directas y concretas a preguntas directas y concretas; o cuando, en una reunión, saludo a todos los asistentes individualmente, en vez de ofrecer un saludo general, aunque para ello tenga que incomodar a todos los participantes.  Soy chapín cuando le doy vueltas a la copa de vino, como si fuera una taza de atol; cuando remojo mi champurrada en la leche con café; o cuando ceno tamal en la Navidad, en vez de cenar pavo.    Soy chapín cuando soy querendón. Creo, pues, que la chapinidad tiene que ver con la tradición y no con una etiqueta que se pega y ya.  Algo con raíces culturales profundas sería chapín y algo creado ad hoc sería a la chapina.

Mi receta de atún no sería, entonces,  una de ese pescado sazonado con pepitoria; ni un subanik de atún.  Tendría que ser una que tuviera cierta conexión con la historia.  Por ejemplo: Es tradicional, en el Viernes Santo, que las familias chapinas almuercen Bacalao a la vizcaina; o pescado seco envuelto en huevo y servido en caldo con verduras.  Mi receta, entonces, sería una de Atún a la vizcaina, o de atún envuelto en huevo y servido en caldo de verduras.  ¿Otro ejemplo? Durante la Cuaresma era costumbre que los chapines comiéramos empanadas de salmón los días martes y viernes.  Pero el salmón ahora es muy caro, de modo que sustiruiría el relleno de salmón, por relleno de atún.

Ah, seguramente en esto de la comida soy demasiado tradicionalista; pero igual, celebro que exista este concurso y ojalá que los que participen se lo gocen y produzcan algo delicioso.  La foto, por cierto, es de mi bacalao del año pasado.


19
Feb 11

“El buche”, no es buche

Ayer me enteré de que el buche, no es buche.  Una de mis comidas típicas chapinas favoritas es ese picadillo que conocemos como buche y yo siempre creí -desde que era niño- que se trataba de un plato hecho con aquella bolsa que, en las aves, se almacenan, humedecen y ablandan los alimentos para digerirlos lentamente.  Pero ahí está que no.  El buche que comemos en tortillas, picado con tomate, cebolla y hierbas, es, en realidad, panza de cerdo.

De eso me enteré ayer, cuando pasé por el comedor de doña Mela a comerme una tortita de yuca con miel de abejas. Y bueno, igual me sigue gustando el buche e igual seguiré disfrutando las tortillas con esa delicadeza chapina.

A pesar de lo anterior, la frase chapina que dice que te voy a agarrar del buche sigue queriendo decir te voy a agarrar del cogote.


04
Ene 11

Achiote colorado para la comida chapina

Ahora que lo pienso, nunca he usado achiote para cocinar.  Empero, es una especia propia de la cocina mesoamericana y del subcontinente latinoamericano, que les da a los alimentos un color rojo característico.  La palabra colorado, con la que uno se refiere a los tamales rojos o colorados, viene de colorau, voz de origen portugués relacionada con el achiote.

En Guatemala suele venderse molido y posiblemente mezclado con algún tipo de grasa y viene en cuadritos envueltos en hojas, o en plástico.  También se vende en semillas, pero para la cocina es más práctica su presentación molida.

Yo nunca había visto los frutos y la planta de achiote hasta que, el jueves pasado, encontramos una de aquellas a inmediaciones de el Puente de Los Esclavos.  Las semillas son bonitas y al triturarlas muestran su color característico; y sus frutos son espinosos y secos que recuerdan a los del higuerillo, o a los de del liquidambar.


03
Ene 11

Caldo de quiletes para la cena

Después de los excesos alimenticios durante las celebraciones de la Concepción-Reyes: Caldo de quiletes para la cena.

Los quiletes, o hierbamoras son tan humildes que hasta se los halla silvestres en las aceras de la ciudad; sin embargo, compro los míos en el mercado.  Limpios y galanes.  Como también se los conoce con el nombre de macuyes, mi padre, cuando era niño, los llamaba Tim McCoy.

Ahora que estuve en San Salvador fui a mi pupusería predilecta: La pupusería Carolina; y ahí nos ofrecieron aquellas delicias rellenas con mora, nombre que allá le dan a la hierbamora.  Vale decir que estaban riquísimas y que me quedé con ganas de más.

…y el resto de la semana me espera caldo de quiletes para la cena.


25
Dic 10

Tamales y “Mincemeat pie” en mi desayuno navideño

Los tamales -colorado y negro- no deben faltar en mi desayuno navideño tradicional.  Espero todo el año para disfrutarlos y el placer y la alegría que me ocasionan son dignos de la fiesta.

Este año, sin embargo, el invitado de honor fue el Mincemeat pie; que era el pie favorito de mi padre.  Este es un postre tradicional de la Navidad y, aunque poco conocido en estas latitudes.   Es una mezcla intensa de uvas pasas, pasas de Corinto, manzanas, piel de naranja y citron, sazonados con canela, clavo, nuez moscada y brandy; así como algo de manteca.  Las recetas antiguas llevaban carne, pero ahora no se acostumbra.

En casa teníamos añales de no preparar el Mincemeat y francamente y no soy muy bueno con la pasta de pie.  Mi abuela, Frances y mi madre son las diosas de la pasta de pie; y tuve muchas dificultades con las que hice ayer.  Empero, estoy contento con el resultado.  Todavía tengo que perfeccionar mi técnica, pero me fue bastante bien.  El relleno no es problema alguno porque lo compro preparado.

Infaltable, claro, fue una taza de leche con café.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo.  Aunque a mí me gustan más los de cerdo.

Los de doña Estelita son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.

El teléfono de doña Estelita, por cierto, es2474-0260      .


24
Dic 10

Mis tamales para la fiesta ya están en casa

Ayer fui a recoger mis tamales para la fiesta, a donde doña Estela de Alburez.  El aroma de aquellas delicias llena la calle y desde que uno sale del automóvil se excitan los sentidos.

Tuve la suerte de llegar mientras estaban preparando una nueva tanda de tamales negros y me dio mucho gusto ver el proceso.  Dos personas preparaban las hojas de maxán y el cibaque con el que se amarran los tamales.  Una olla enorme hervía con tamales de la tanda anterior; y dos personas -con precisión de reloj suizo- preparaban tamales en una mesa al fondo.

Ahí, el esposo de doña Estela y una ayudante preparaban las hojas y añadían: la masa de maíz, la carne, el recado, las almendras, las pasas y las ciruelas para luego doblar artísticamente cada tamal.  Todo ello con la velocidad del rayo y una precisión impresionante.

Para mí, los tamales de doña Estelita son los mejores de todo el universo mundo.  Su sazón es impecable y usa ingredientes de primera.  Me encanta que no es tacaña con el recado, ni con los aderezos. Y mañana, durante el desayuno, me gozaré uno colorado y uno negro.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo.  Aunque a mí me gustan más los de cerdo.

Los de doña Estelita son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.

El teléfono de doña Estelita, por cierto, es 2474-0260.