01
Sep 07

Ficciones

En Guatemala vivimos de ficciones. Ayer leí que la PGN reconoció que once fincas ubicadas en la biósfera maya, que se las habían apropiado personas particulares, han sido recuperadas sólo en papel, ya que en la realidad están en poder de 38 grupos de invasores. Esta es la misma PGN que supervisará el control absoluto de las adopciones en Guatemala. Y si así como les va con las fincas, les va a ir con las adopciones, el futuro de los niños abandonados se pinta mal.

Aquí, en este bello paisaje el estado es dueño del subsuelo, supuestamente para el bien común. Y lo que resulta, en realidad, es que los propietarios del suelo han sido despojados de la propiedad del subsuelo y de sus riquezas, y han sido condenados a padecer la pobreza, mientras viven y trabajan sobre potenciales fuentes de enriquecimiento. El dueño de un terreno en Texas se hace rico si encuentra petróleo en su tierra, en tanto que el dueño de un terreno en Guatemala, sigue pobre si encuentra oro negro en su terreno. ¿Por qué? Porque el chapín no es propietario del subsuelo.

Los guatemaltecos hablamos de partidos políticos, cuando lo que tenemos son roscas y maquinarias electoreras. Un partido político, propiamente dicho, funciona como intermediario entre los gobernantes y los electores y los tributarios, y es una plataforma para la discusión de ideas y de políticas públicas. Sin embargo las organizaciones que conocemos como partidos son grupos de amigos que se asocian para llevar a alguien al poder; y una vez alcanzado ese propósito, o habiendo fracasado en el intento, esas organizaciones se consumen.

Así le pasó a la DCG, que por mucho fue el partido más grande y mejor organizado de su tiempo, y que luego de llevar a Vinicio Cerezo al poder se consumió en la corrupción y en la gran parranda que fue aquella administración para terminar malviviendo, a duras penas, hasta nuestros días. La UCN fue un castillo de naipes que se vino abajo con el asesinato de Jorge Carpio. El MAS fue un estornudo que se hizo nada como consecuencia de los delirios de Jorge Serrano. El PAN, luego de llevar a Alvaro Arzú a la presidencia, no aguantó la primera derrota de Berger y en estas elecciones sólo le faltó irse a parar a la Diecisiete calle de la zona 1 para ver si alguien le hacía el favor. El FRG, tras la escandalosamente corrupta administración de Alfonso Portillo, se diluye poco a poco en la medida en que el patriarca Efraín Ríos Montt se hace más y más irrelevante.

El PU, el CASA y el PP son poco más que clubes de amigos. El primero gira alrededor de Arzú; el segundo lo hace alrededor de Eduardo Suger y el tercero alrededor de Otto Pérez. Otros grupos como la URNG, la ANN, el MAIZ y EG, cuentan entre su dirigencia con varios exguerrilleros y con simpatizantes de la exguerrilla. Entre ellos hay tantos rencores, tanta amargura, y tantas cuentas pendientes, que se atomizan cada vez que pueden. Y la UNE no es más que la necedad de llevar a Alvaro Colom a la presidencia.

En Guatemala, las organizaciones políticas que nosotros llamamos partidos tienen una vida máxima de 20 años; pero aunque vivieran 50, su contribución a la madurez política de los electores y de los tributarios sería casi nula. El problema, una vez más, es que vivimos una ficción. Una rosca electorera, no es un buen intermediario político y no es una plataforma de discusión apropiada para fundar una democracia, ni un estado de derecho.

Quizás los guatemaltecos deberíamos dejarnos de quimeras y de ficciones. Los políticos chapines, presionados por la comunidad internacional y por “los países amigos”, en connivencia con los intereses de numerosas ONG, están abdicando a la facultad de gobernar. Y el primer paso para esta declaratoria de autointerdicción política es la CICIG. ¿Qué otra ficción vendrá después?

Ahora bien. Todo esto no ocurre en el vacío. Ocurre porque muchos creen que las cosas no pueden cambiar, y porque permiten que ocurra. ¿Y usted, qué piensa?

Publicada en Prensa Libre el sábado 1 de septiembre de 2007


12
Ene 07

La presión del Imperio

Maura Harty, secretaria de Estado adjunta para Asuntos Consulares, de los Estados Unidos de América, presiona a Guatemala para que nuestro país se adhiera al Convenio de la Haya.

Señora procónsul: El presidente de la República no tiene facultades para adherirse a un tratado. Dicha facultad fue eliminada de la Constitución y así lo confirmó la Corte de Constitucionalidad de Guatemala en una sentencia del 13 de agosto de 2003. Guatemala no ha suscrito el tratado. Las pretensiones de su gobierno violan la ley y la soberanía de Guatemala. Por favor, deponga su actitud imperial.

En su libro Philosophy: Who Needs It, la filósofa Ayn Rand escribió: “Puedo decir –no como un eslogan patriótico, sino con pleno conocimiento de las raíces metafísicas, epistemológicas, éticas, políticas y estéticas necesarias, que los Estados Unidos es el más grande, el más noble y, en sus principios fundadores originales, el único país moral en la historia del mundo”; y aunque yo estoy completamente de acuerdo con esa afirmación, no está de más observar que mensajes como el que usted trae contradicen de muy mala manera lo dicho por Rand.


08
Dic 06

Abortos y adopciones

En Guatemala, cada año, casi 22 mujeres necesitan tratamiento médico por complicaciones causadas por abortos provocados, dice una noticia. Muchas mujeres acuden a métodos y a personas que sólo les causan fuertes hemorragias y daños en la matriz. Aquellos métodos incluyen introducción de sondas, perchas y varas de metal. Una mujer que no quiere tener a su hijo, acude hasta a poner en riesgo su propia vida para deshacerse del embrión. Esto no debería suceder y las mujeres deberían tener otras opciones.
Leo, también, que sectores interesados presionan para que el Congreso de la República se adhiera al Convenio de La Haya, véalo aquí, en inglés. Uno de los efectos de este convenio será que las adopciones tendrán que ser autorizadas sólo por jueces, para quitarlas, supuestamente, de las manos de los notarios. Yo pregunto: los jueces encargados, ¿serán el mismo tipo de juez que en Guatemala retrasa la justicia; falla con base en testigos falsos, o de dudosa credibilidad; y que constantemente estamos criticando por venales? Pregunto, también, ¿qué efecto tendrá ese cambio en las decisiones de las mujeres para las cuales dar un hijo en adopción es una opción frente al aborto?