Sandra y Diego Rivera

Aprovechando el desmantelamiento de las tropas en Afganistán podrían instalarse bases de soldados estadounidenses en Guatemala para intensificar la guerra contra las drogas. Como quien dice mandame unas shecas, aquello opinó Sandra Evita Torres, la excandidata oficialista a la Presidencia de la República. La aspirante socialdemócrata dijo que yo aceptaría que vinieran soldados o bases militares de Estados Unidos, precisamente ahora que se están retirando de Medio Oriente sería una buena oportunidad.

Lo irónico y ¡hasta cínico!, es que, el año pasado, Evita y su exmarido, el presidente Alvaro Santa Clos Colom, se gastaron Q1.5 millones del dinero de los tributarios en organizar la exhibición ¡Oh Revolución!, en la que expusieron murales del mexicano Diego Rivera y la guatemalteca Rina Lazo. En los cuadros llamados Gloriosa Revolución Venceremos, los artistas citados denunciaban la intervención norteamericana en la supuesta Primavera chapina.

Supuesta digo, porque en aquel tiempo se hicieron los experimentos de enfermedades venéreas con locos y presos; porque en aquel tiempo se amordazó a la Prensa; porque el candidato de la oposición fue asesinado misteriosamente; porque en nombre de La Revolución, Rogelio Cruz Wer y Jaime Rosenberg perseguían y torturaban; porque los gobiernos revolucionarios usaban chiquilines o turbas para intimidar a la población.

A los Colom/Torres les gusta legitimarse mediante el uso y abuso de la iconografía y la retórica de La Revolución; pero ahora, con sus declaraciones en Induexpo, Evita se vio muy mal. Da la impresión de que los dólares y las tropas para la guerra perdida contra las drogas le parecen una buena oportunidad.

Con razón es que Alfonso Bauer Paiz, ministro de Trabajo y Economía durante el gobierno revolucionario de Jacobo Árbenz, calificó de farsa el hecho de que la administración de los Colom/Torres exhibiera la obra de Rivera y Lazo.

Por cierto que el candidato Otto Pérez Molina también estuvo a favor de que vengan tropas estadounidenses. Los únicos sensatos fueron Eduardo Suger y Harold Caballeros que se expresaron a favor de despenalizar las drogas, idea que comparten expresidentes de Brasil, Colombia, México y Suiza, Kofi Annan, Richard Branson, George Shultz, Paul Volcker y otros personajes.

Esta columna fue publicada en El Periódico.

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