Alan de tres añitos de edad se ahogó junto a su hermano Galip y su madre Rihan. Vimos sus fotos conmovedoras y escalofriantes en las noticias. Los tres eran parte de un grupo de 30 sirios que intentaban llegar a Grecia, de las cuales por lo menos 12 murieron frente a Turquía al tratar de escapar de las milicias del estado islámico.
Tal vez es cosa mía; pero…¿viste tanta indignación por Alan y los suyos en tu Facebook como la viste por el león Cecil? En medio de la vorágine electoral y política de Guatemala, una pausa para meditar….y si moqueas un poco, dale.
De paso les dejo algo de food for thought: El lector pixeleado.
La foto la tomé de Facebook.
Yo sufrí tanto por el niño como por el león, ambos fueron víctimas indefensas de la miseria e ignorancia humana. El mismo dolor y aflicción que sintió el niño la sintió el león y ambas situaciones deberían ser motivo fuerte de indignación. El número de reclamos y gente indignada por una situación no debería ser mayor o menor a la otra situación, considerar lo contrario es sumamente especista.
Ha diferencia de un Leon poderoso y por su naturaleza amenazante y llegar a intimidarte, si se le llegase acercar a uno, el bebe Alan era una criatura que por demás no podría causarle daño a nadie, si aun así mordiera a alguien en el brazo. El Simple hecho de que los dos son seres vivos, podemos poner y sopesar en la balanza de injusticia, que mientras a uno pudo en cierto sentido defenderse, el otro en su inocencia y debilidad jamas tuvo la oportunidad de aferrarse a la vida y ganarla por sus propios medios.