“WTF!”, ¿Macuyes y chipilines?

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Sofía Hernández y Karina de Paniagua, diputadas del Partido Patriota (el partido oficial), recomendaron que, ante el alza en los precios de las carnes, la gente debería consumir hierbas como chipilín y macuy.  WTF!  

Cándido leyó la noticia, dejó la pitaya que estaba comiendo y me preguntó: ¿Hay concurso en el PP para superar al precandidato Sinibaldi en cuanto a comentarios babosos?  Y yo mismo me hago la pregunta…¿por qué es que los políticos y sus funcionarios -los pipoldermos de todos los tiempos y lugares- desprecian e irrespetan tanto a los más pobres?   ¡Que los pobres coman insectos!, dijeron hace poco unos burócratas internacionales.  El año pasado a algun brillante se le ocurrió repartir bolitas alimenticias.  Y ahora este par de joyas salen con que, en vez de carne, los pobres coman hierbas.

Claro que no hay nada de malo en comer hierbas; pero una cosa es hacerlo por placer, y otra cosa es tener que hacerlo porque los pipoldermos no sólo consumen la riqueza en el país, sino que no se les ocurre nada creativo para ayudar a crear riqueza.  A mí, por ejemplo, me encantan las tortillas con macuyes, puntas de güisquil, patas de paloma y otras hierbas.  Me encantan el caldo de chipilines, los frijoles parados con chipilines y los tamalitos de chipilín, aunque den sueño.   En cuanto a los insectos, tampoco hay nada malo en consumirlos. De hecho los zompopos de mayo, los escamoles y los caracoles son bocatti di cardinale.  Pero, una vez más: no es lo mismo comerlos por placer, que estar condenado a consumirlos a causa de las malas políticas económicas decretadas por gente como Hernández, Paniagua y sus cómplices.

¡Los efectos de la pobreza no se remedian, sino creando riqueza!  Los efectos de las malas políticas económicas se remedian enmendando el entuerto y con buenas políticas económicas.  Y lo que a mí me indigna es que los pipoldermos prefieren condenar a la gente a comer hierbas e insectos, antes que explorar mejores políticas económicas.

¿Qué es mejor que mandar a la mara a comer hierbas e insectos?

1. Liberar el mercado de la carne.  Si la oferta local es baja y eso eleva los precios; pues que suba la oferta mediante la importación de carne.  Esto es un buen remedio de corto plazo.

2. Eliminar todos los impuestos de importaciones.  ¿Querías un remedio de largo plazo? Este es uno.  Mientras más oferta de productos hay, más bajan los precios.  Los precios bajos hacen que a la gente le abunden sus ingresos.  Eso mejora la calidad de vida de las personas.

3. Flexibilizar el mercado laboral.  Esta es otra buena política económica de largo plazo; y además: ¡La mejor política social es un buen empleo!

La lista puede seguir.  Es criminal mandar a los pobres a comer hierbas e insectos cuando se tiene el poder de eliminar las regulaciones y las barreras que impiden el ahorro, las inversiones, el comercio y la libertad de contratación.

En todo caso, sería mejor que siguieran el consejo de Ludwig von Mises: El saber acumulado por la ciencia económica forma parte fundamental de la civilización: es el basamento sobre el que se han edificado el moderno industrialismo y todos los triunfos morales, intelectuales, técnicos y terapéuticos alcanzados por el hombre a lo largo de las últimas centurias. El género humano decidirá si quiere hacer uso adecuado del inapreciado tesoro de conocimientos que este acervo supone o si, por el contrario, prefiere no utilizarlo. Si los hombres deciden prescindir de tan espléndidos hallazgos y menospreciar sus enseñanzas, no por ello ciertamente desvirtuarán la ciencia económica; se limitarán a destruir la sociedad y el género humano.

La caricatura es de Fo.

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  1. Sin temor a equivocarme, a manera de responderles a las diputadas, algún patán habrá pensado en su interior, “por que no ellas mejor comen ……”.

    Considero tus consejos como válidos. Desde mi escritorio aquí en mi calurosa tierra, pienso que es más conveniente que liberen las barreras existentes para que siempre haya aquí productos y a precios convenientes para todos. El mercado se encargará de mantener los precios como debe ser y no el gobierno a través de pretenciosas leyes.

    Con las actuales barreras al comercio, producción y emprendimiento estamos condenados a convertirnos en otra Venezuela. Desabastecimiento permanente de productos.

    Saludos,