Menchú, Morales, Chávez y el omelette

Se celebra en Guatemala (¿o en Iximulew?) la III Cumbre de Pueblos y Nacionalidades Indígenas Abya Yala. Uno podría pensar que es la ocasión ideal para que los dos dirigentes indígenas más encumbrados del continente americano se reunieran en fraternal abrazo, en el contexto de un encuentro tan concurrido e importante.

Pero no ha sido así. Ni Rigoberta Menchú (Premio Nóbel de la Paz), ni Evo Morales (presidente de Bolivia) han “podido” estar en la Cumbre. Uno, que es inocente, se pregunta ¿por qué?

Hoy leo que Menchú dice que ante todo es una mujer pragmática y que su gobierno será pragmático. Y eso me lleva a penar que, en medio del pragmatismo, quizás ella se está alejando de Morales para verse más moderada y para que no se la vincule con Hugo Chávez, por medio del presidente boliviano.

El pragmatismo, por cierto, suele ser interpretado como opuesto a las ideologías; en tanto que se basa en la en la practicidad y en la utilidad de acciones concretas (praxis), más que en principios y valores que podrían impedir aquellas acciones concretas. En la cultura popular, por ejemplo, una postura pragmática es aquella de que “para hacer un omelette es necesario romper huevos”. Y en aquel mismo contexto (sobre todo en el de raíces marxistas), todo conjunto de principios y de valores es una ideología. De modo que sería interesante saber exactamente a qué se refiere Menchú cuando dice que, de ganar las elecciones, su gobierno será pragmático y humilde.

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