Sarabanda*


Es una lástima que no haya llevado buena cámara a la Feria de Verano, en Coatepeque. Se hubiera apreciado mejor el ambiente de la sarabanda. Los que bailan están “hasta atrás” y casi no pueden mantenerse en pie. Los curiosos estamos alrededor de la galera. La música no cambió durante el buen rato que estuve ahi; pero de cuando en cuando, uno de la orquesta cantaba. No me quedé a ver cuando “pasan el lazo” y les cobran a los danzantes. Lo más divertido fue cuando uno de los bailarines se acercó a una chica que estaba en el público y le pidió que bailara con él. “La nena no baila”, le contestó su mamá que la acompañaba.

*En realidad se escribe zarabanda; cosa que yo no sabía hasta que un lector anónimo me lo hizo ver.

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7 comments

  1. todavía pasan el lazo, crei que era una leyenda urbana del chinique flower discoteque night club

  2. jejeje….y tu porque no te animaste a “danzar” …saludos

  3. …Muy pero muy bueno, es muy rico estar en las ferias de los pueblos y disfrutar de la sarabanda, bien apretaditos con todos. XD con unas cervecitas en cima, se vale casi de todo o unos traguitos de chusa, (poquito que la goma es terriblemente asqueroso) Me gusto el video, las mejores Sarabandas son las del Quiché. (Asiendo promoción a mi departamento hermoso)Saludos.

  4. Yo también pregunto lo mismo que Carol ¿por qué no te animaste a entrarle a la caiteada?, jejeje.Saludos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  5. Pues…aquí va la historia de por qué no bailo…en general. Mi abuelo era un balilarin extraordinario. Era el sujeto con el que todas las mujeres querían bailar en las fiestas. Y yo crecí con esas expectativas. Desde muy pequeño, en las fiestas de la familia, ¡y hasta en las ajenas!, me ponían a bailar con mis tías, o con quien fuera. Ya más tarde, en los quinceaños, mi padre me obligaba a sacar a baliar a las chicas. Y ya para entonces yo no sólo era muy tímido, sino que tenía el trauma de tener que bailar bien como mi abuelo. Ja ja ja. Bueno, eso estropeó mi gusto por el baile. Ahora lo he ido superando, pero para mi es como comer güisquiles. Si me los ponen, me los como; pero nunca se me ocurriría pedirlos.

  6. Pero sí baila! Por experiencia lo digo… 😉

  7. Pero no el son que me toquen.