12
May 09

Primera jornada para pedir justicia

Justicia y la renuncia de Los Colom, era el clamor de la multitud que hoy se congregó el la Plaza de la Constitución.  

¡Queremos justicia! y ¡Que renuncie! ¡Asesinos, asesinos! eran los reclamos populares.   La gente llegó con carteles, megáfonos, mantas, tambores y pitos.  Ahí estuvimos en la Plaza un rato y cuando ya había bastante gente a alguien se le ocurrió caminar hacia la Casa Presidencial.  A mí, eso no me gustó del todo porque no me parece correcto que una manifestación bloquee una calle; y además, creo que lo importante es el hecho de que la gente se reuna y se exprese, y que dónde lo haga es irrelevante.  También es importante hacer énfasis en que debe prevalecer el debido proceso legal.
En fin. la gente se fue aglomerando frente a la puerta principal de la Casa Presidencial.   La gente llegaba y llegaba a lo largo de la Sexta avenida y quinta calle de la zona 1.  En un momento oí que un reportero estimaba que había unas 2000 personas; pero un sujeto que conozco me dijo que él estimaba cerca de 3000.  Si a mí me preguntan diría que no se; pero toda la Sexta avenida, de la cuarta a la quinta calle estaba bien apretadita de gente.
El ambiente fue entre festivo y conmovedor.  Festivo porque ahí estaban los patojos con sus carteles, sus mantas, sus consignas, su arrojo y su energía; pero conmovedor porque lo que nos reunía era el asesinato de un buen guatemalteco, Rodrigo Rosenberg, a manos de quienes deberían ejercer la autoridad.  Conmovedor porque había una anciana en silla de ruedas y una señora en muletas.  Conmovedor porque una señora me abrazó con llanto en los ojos.  Es curioso como uno, en esas ocasiones, tiende a abrazar a la gente.  Tómanos una foto, me dijo un cuate, pero que no salgan los logos de la compañía porque aquí estamos todos, añadió.
En esas estuvimos durante una hora y tantito, hasta que por la Sexta avenida apareció un contingente de unas 200 mujeres con cartulinas y consignas de apoyo para Los Colom.  Venían resguardadas por hombres que las mantenían en formación y fueron precedidas por un pelotón de policías. 
Cuando los manifestantes que pedíamos justicia vimos venir a las señoras de apoyo al régimen, empezamos a desalojar la Sexta avenida y a enfilar por la Quinta calle hacia el Oriente, justo detrás del Palacio Nacional.  Ahí estuvimos hasta que pasaron las señoras y sus guardias, no sin antes aprovechar para lanzarnos insultos y para chillar incoherencias.
Yo me quedé en la bocacalle para tratar de calmar los ánimos y pedirle a la gente que clamaba por justicia, que no se rebajara al nivel de los enviados de la administración.  Acto seguido nos volvimos a la Plaza de la Constitución donde estuvimos un rato más; y unos minutos más tarde, salió de la Sexta Avenida otro contingente de los nuestros que se había quedado frente a  la Casa Presidencial junto al comité de damas de Los Colom.
Si usted me pregunta que cómo estuvo la manifestación le diré que fue un éxito.  Lo fue porque es una buena forma de iniciar una serie de jornadas similares; de hecho, la gente quedó en que nos volvamos a juntar mañana miércoles a las 12:00 p.m. en el mismo lugar.  Lo fue porque en jornadas como esas se siente el poder de la ciudadanía en acción.  Lo fue porque había un gentío para el que el costo de oportunidad de estar ahí es muy alto.
Ahora bien; sin un Organismo Judicial independiente, cada hora que pasa crece el riesgo de que el asesinato de Rosenberg pase a ser sólo una estadística más, y eso no debe terminar de ocurrir.  Las elites del país están llamadas a sus poltronas y a asumir la dirigencia que dicen tener.  La responsabilidad de rescatar políticamente la institucionalidad del país, perdida desde el momento en el que la primera bala penetro el cuero de Rodrigo Rosenberg, es de aquellos que dirigen cámaras, clubes, organizaciones privadas voluntarias de servicio, y otras organizaciones similares.  ¡Que dejen de actuar como dirigentes de grupos de interés y se constituyan en guías de la Nación!  ¡Que dejen de ser dirigentes de cócteles y homenajes, y que actúen como líderes!¡Que dejen de jugar a plutócratas, y que asuman el papel de ciudadanos responsables y ejemplares!
Uno de los carteles que llevó la gente que pedía justicia decía: Con Rodrigo Rosenberg murió el último hombre con huevos.  Y aunque me causó gracia la consigna, lo cierto es que no es cierto.  Hoy, en la Sexta avenida, había centenares, centenares y centenares de hombres y mujeres con arrestos de sobra.  Y mañana, ¿cuántos seremos?  Mañana, ¿se sumará usted, o se quedará otra vez agachado?  Mañana, ¿usted será actor, o será expectador?
El vídeo, por El Periódico, es de la manifestación de hoy.  Algunos medios minimizaron el número de participantes, pero basta con ver los vídeos para darse cuenta de que allí había miles de gentes.

12
May 09

Hoy frente al Palacio Nacional

Hoy, a las 12:00 p.m. (Central Time) habrá una reunión frente al Palacio Nacional de Guatemala para exigir, para demandar justicia por el asesinato del abogado y patriota Rodrigo Rosenberg.

Asistiré porque la impunidad no debe ni puede continuar.  Asistiré porque soy responsable de lo que ocurre en mi tiempo.  Asistiré para que la sangre de Rodrigo Rosenberg no haya sido derramada en balde.  
Estaré transmitiendo desde la actividad para Libertopolis
Y usted, ¿asumirá su responsabilidad?

11
May 09

Córdova y Rosenberg, ¿historias de otros tiempos?

“Octubre se inició con un hecho que conmovió profundamente la conciencia de los guatemaltecos, e impactó negativamente la campaña electoral, además de que llamó la atencion de la comunidad internacional sobre la situación de Guatemala: Alejandro Córdoba, director y propietario de El Imparcial, el diario más importante del país, fue asesinado por sicarios al servicio del mandatario provisional….Sobre el asesinato de Córdoba, Rafael Arévalo Martínez escribió lo siguiente: Este hecho produjo consternación en toda la República y no sólo en los elementos antagónicos de [Federico] Ponce sino hasta en sus amigos y en el propio mandatario…el pueblo de Guatemala temió fundamentalmente que aquél fuera el primero de una serie de asesinatos políticos; y que con él se iniciaba una época de terror cuyo fin estaba segura [sic] la elevación de Ponce al solio presidencial. El crimen fue interpretado por los políticos y por la ciudadanía en general, como una advertencia del gobierno…En los días sucesivos se produjo una serie de actos de rebeldía y protesta entre estudiantes de secudnaria y en las filas del magisterio en general, en un movimiento que se extendió a toto el territorio nacional.  Los partidos políticos a su vez, intensificaban su actividad proselitista y sus afanes de unificación frente al oficialismo”.
El anterior es el relato de los hechos de aquellos tiempos, publicado el el capítulo de La Prensa, por Eduardo Díaz Reyna, en el tomo V, de la Historia General de Guatemala; en tanto que el siguiente es el relato de los mismos hechos, pero en el capítulo De la caída de Ubico a la elección de Juan José Arévalo, por Arnoldo Ortiz Moscoso, en la misma obra.  
Me ha llamado mucho la atención cómo es que antes los chapines se consternaban, se indignaban y actuaban cuando había hechos como el asesinato del propietario de El Imparcial.  Hecho que, de alguna manera se parece al del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg.  
Sus declaraciones sorprendentes circulan desde hace unas horas, fueron transmitidas en Libertópolis y usted puede oirlas aquí. También puede leer la transcripción en El Periódico y he aquí la publicación en Prensa Libre, y aquí la que hizo Siglo Veintuno.

“En la crisis de juno de 1944, que llevó a [Jorge] Ubico a suspender las garantías constitucionales y a amordazar a la prensa independiente, El Imparcial y Nuestro Diario se vieron obligados a clausurar sus ediciones.  El director del primero de ellos, el diputado Alejandro Córdova, ante el sesgo que tomaba la vida política del país después de la renuncia de Ubico, y frente a la asensión a la presidencia del general Federico Ponce Vaides, prefirió encomendar la direccion del periódico a tres de sus más cercanos colaboradores: David Vela, Ramón Blanco y Francisco Méndez.  El Imparcial publicó entnoces fuertes editoriales contra las intencionses de Ponce de perpetuarse en el poder, lo que hizo que el diario fuera tildado de conspirador.  Ante la coacción gubernamental, el Diario de Guatemala y El Libertador suspendieron sus ediciones.  El 1 de octubre fue asesinado Alejandro Córdova y la opinión pública señaló al gobierno provisorio como responsable de este crimen.   A finales de ese mes, después del derrocamiento de Ponce, este y el coronel Moisés Evaristo Orozco, quien fuera director de la Policía Nacional fueron acusados como autores intelectuales del asesinato“. 

De paso…y no está de más compartirlo, a esta hora los medios de comunicación que han informado de las declaraciones de Rosenberg, que son un acto noticioso, se encuentran bajo acoso por parte de los abogados de la administración y de algunos de los involucrados en las declaraciones del abogado asesinado.
Esto, a pesar de que los medios de comunicación cumplimos con nuestro deber de informar; y a pesar de que en situaciones como esta -en las que la conciencia de los guatemaltecos está conmovida y en los que hay consternación en toda la República- es muy importante recordar que, de acuerdo con el artículo 35 de la Constitución, “es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa”; y de que “no constituyen delito o falta las publicaciones que contengan denuncias, críticas o imputaciones contra funcionarios o empleados públicos por actos efectuados en el ejercicio de sus cargos”.  El mismo artículo indica que “la actividad de los medios de comunicación social es de interés público”.