Guatemala es, oficialmente, un país racista. La igualdad de todos ante la ley ha sido eliminada y hay leyes diferentes para diferentes grupos de personas, de acuerdo con criterios puramente etnicos.
Prensa Libre informa hoy que “Durante los años 2005 y 2006, los juzgados del país clausuraron ocho mil 873 casos penales para aplicar el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales, el cual contempla la resolución de conflictos mediante el derecho propio de estos pueblos”.