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Abr 18

Guatemala, la CICIG y los Bitkov en “National Review”

Guatemala está, de nuevo, en las noticias. ¿Cómo iba a ser de otra forma? Esta vez en la revista Nacional Review, en un artículo por Jay Nordlinger, titulado Why Are They Doing this to the Bitkovs? En el mismo, el autor medita: La CICIG y la policía guatemalteca estaban persiguiendo a algunos actores muy malos: funcionarios corruptos del gobierno y traficantes de personas, a saber, coyotes. Había un anillo de estas personas. Personajes verdaderamente desagradables, del tipo de los que denuncian a los denunciantes, algunos de ellos. Pero, ¿Igor, Irina y Anastasia Bitkov pertenecen a la misma red?

El artículo de Nordlinger tiene dos virtudes que quiero destacar: 1. Es una relación de hechos bien ordenada y completa, que le permite al lector entender la complejidad del caso, y sus detalles objetivos espeluznantes. 2. Cuenta detalles de las particulares expriencias penosas y duras pruebas que han vivido Anastasia y Vladimir Bitkov, los niños de esta tragedia.  Anastasia ya es mayor de edad; pero era niña cuando empezó la pesadilla y el pequeño Vladimir tiene 6 años.

  • En junio de 2007, algo malo sucedió: la hija de los Bitkovs, Anastasia, de 16 años, fue secuestrada, drogada y violada repetidamente. Esto tuvo lugar en el transcurso de tres días. ¿Quién lo hizo? “Una estructura criminal, trabajando con el FSB”, explica Igor. “Uno con impunidad”. (“FSB” es el nuevo nombre para “KGB”). Igor pagó un rescate de $ 200,000, en efectivo. Le entregó el dinero, dólares, a la policía, actuando como “intermediarios”.
  • El 15 de enero de 2015, a las 6 de la mañana, fueron arrestados. Un total de 70 agentes llegaron a la casa de los Bitkovs. Otros 30 fueron a la oficina de la familia. Todavía otros 30 fueron a la casa del novio de Anastasia. Eso es 130 agentes en total, un número impresionante para un caso de pasaporte. Inicialmente, los Bitkovs se mantuvieron en carceletas, o jaulas, en condiciones humillantes y peligrosas. Igor tuvo que lidiar con miembros de pandillas (MS-13 y Barrio 18). Anastasia tuvo una terrible crisis. Los detalles de estos primeros días son asombrosos.
  • ¿Qué pasó con el niño pequeño, Vladimir, de tres años en ese momento? El Kremlin se apresuró a intervenir. Lo hizo en la persona de Pavel Astakhov, que era el comisionado de [Vladimir] Putin para los “derechos de los niños”. Astakhov declaró que Vladimir era un niño ruso que debería estar en manos de las autoridades rusas. (Mala suerte, Pavel: nacido en Guatemala, Vladimir es ciudadano guatemalteco). Irina e Igor querían que su hijo estuviera en manos de sus guardianes elegidos: su niñera de hacía tiempo y uno de los abogados de la familia. Un juez lo envió a un orfanato. Estuvo allí por 42 días. Cuando finalmente fue liberado a sus tutores, estaba en muy mal estado físico y mental. Él tenía una cicatriz sobre su ojo. Tenía una infección respiratoria y una infección en el oído. Tenía conjuntivitis en ambos ojos. Tenía un diente delantero astillado. Estaba desnutrido. Además, estaba en un estado de zombie, incapaz de hablar. De hecho, olvidó cómo hablar ruso por completo.

Si puedes leer en inglés, sin no estás prejuiciado e incluso si quieres explorar tus prejuicios, si te interesa este caso, seguramente quieres leer este artículo.

Este viernes 27 de abril, en Washington, habrá una audiencia sobre este caso en el Congreso de los Estados Unidos, a cargo de la Helsinki Commission; y en ese contexto, Nordlinger pregunta: ¿Qué pueden hacer los Estados Unidos? ¿Cualquier cosa? Bueno, Washington es el mayor donante de ayuda a Guatemala, de lejos, y también paga cerca de la mitad del presupuesto de la CICIG. Como mínimo, el Congreso debería saber acerca de este caso desconcertante y enfermizo.

No faltará quien trate de desautorizar a Jay Nordlinger (National Review), como han tratado de desautorizar a Mary Anastasia O´Grady (The Wall Street Journal) con base en que ella nunca ha sido fan del régimen de los hermanos Castro en Cuba; pero si puedes, lee el artículo de Nordlinger y los de Mary, y dime si no hay algo muy perverso en todo este asunto.