La mala calidad de los hilos de sutura y los catéteres que se usan en el hospial estatal San Juan de Dios afecta a varios pacientes que incluso tenido que ser operados nuevamente debido a complicaciones. Las vidas de los pacientes son puestas en riesgo por los políticos y burócratas que compran aquellos insumos y…adivina: ¿quiénes son los pacientes del hospital estatal? Los más pobres. Los más vulnerables de siempre.
Este fenómeno, ¿es propio del San Juan de Dios, o se da en otros hospitales estatales?
No es por nada que Ludwig von Mises, en El estado ompnipotente, advirtió que no hay para la civilización una amenaza más peligrosa que el gobierno de hombres incompetentes corrompidos, o viles. Las primeras víctimas de aquellas personas son los más pobres, los más vulnerables.
¿Quién, entonces, protege a los más pobres y vulnerables contra el estatismo y sus agentes? El estatismo, dice Mises, aparece en dos formas: el socialismo e intervencionismo. Ambod tienen en común el fin de subordinar incondicionalemente el individuo al estado, al aparato social de compulsion y coerción. Las evidencias muestran que es un engaño que el estatismo sea la mejor opción para los pobres. Lo vemos en los hospitales estatale donde se usan hilo de sutura y catéteres que ponen en riesgo las vidas de los pacientes; lo vemos en las escuelas estatales en las que no hay escritorios, ni material didáctico, cuando no se envenenan las mentes de los niños y jóvenes; lo vemos en las carreteras estatales que dañan a la gente que transita en ellas.
¿Quién, entre los políticos y burócratas que compran hilos y catéteres de mala calidad para los más pobres es responsable ante un paciente cuya vida es puesta en riesgo, o frente a uno que tiene que volver a ser intervenido?
La foto es de Prensa Libre.