Aunque la mayoría de los diarios reportó que Mireya Barrera tuvo que renunciar a la secretaría de la comsión de postulación de magistrados de la Corte de Apelaciones, por amenazas de muerte, nadie ha reportado que más de uno de los postuladores ha encontrado, en su autómovil parqueado en el estacionamiento del sitio en el que se reunen, publicidad de seguros de vida. Compre un seguro de vida, dice el mensaje.
Sólo de pasadita, se menciona que Sonia Doradera, esposa del postulador Boanerge Mejía, fue rechazada como candidata. Uno de los diarios
reporta que Mejía
peleó por su esposa y que sus colegas
batallaron para explicarle que el artículo 17 de la Ley de Comisiones de Postulación le prohibía participar a su cónyuge. La batalla duró hasta cerca de la media noche.
Reconozco que mucha gente buena hay involucrada en este proceso de postulaciones y se que hacen lo que pueden, con lo que tienen y donde se encuentran. No ha de ser agradable encontrar un mensaje de muerte en el automóvil, como no ha de ser fácil enfrentarse a necedades como la de Mejía. No ha de ser fácil contradecir a los enviados por El rey del ténis, o a los enviados por Los Colom. ¡Y por eso es que es necesaria la transparencia absoluta!, porque si el sistema está tan podrido que necesita de la secretividad para dar la apariencia de que no lo está y de que es posible vivir con él…estamos aliviados. Si el objetivo era la transparencia, la secretividad no es la solución; y si el sistema está tan podrido que obliga a los buenos a inhibirse y a actuar con miedo y en secreto…estamos aliviados.
Si así es como están las cosas, talvéz alguien debería denunciarlas. Talvez deberíamos aproximarnos a un punto en el que sea evidente que la política de siempre es insuficiente para que de verdad cambien las cosas.
Yo se que la política es el arte de lo posible; pero alguien debería aspirar a lo que parece imposible. Eso es lo que distingue a los políticos, de los estadistas.