Estamos fritos si la competitividad del país depende de la manipulación política de un precio, de la censura y del privilegio que esto implica para quienes se benefician con aquellas tres maniobras.
¿A qué me refiero? A que las compras de divisas del Banco de Guatemala -para mantener artificiosamente elevado el precio del dólar- suman US$546.6 millones. Maniobra que también sirve para mantener artificiosamente devaluado el quetzal.
El encarecimiento del dólar, ya sabes, hace que los combustibles que compras sean más caros porque los combustibles se importan en dólares; hace que la amortización de tu casa, o de tu carrito, por decir dos bienes, sea más caras; hace que todo lo importado, todo lo que se hace con maquinaria importada y todo lo que se hace con materia prima importada sea más caro.
- El dólar aritificiosamente caro (y el quetzal artificiosamente devaluado) no son consecuencias de que los actores en el mercado demanden más dólares, o de que abunden los quetzales. Son consecuencias de que en el penthouse del Banguat representantes del poder político acuerdan elevar la demanda de dólares y elevar su precio.
- El dólar artificiosamente caro (y el quetzal artificiosamente davaluado) constituyen censura porque los precios son mensajeros. Llevan y traen información acerca de dónde colocar recursos; y los actores en el mercado usan esa información para optimizar sus recursos. Si la información que lleva y trae el tipo de cambio (que es un precio) está manipulada, los actores recien información falsa y equívoca. Es censura porque es una intervención política en un contenido informativo.
- El dólar artificiosamente caro (y el quetzal artificiosamente davaluado) es un privilegio porque los exportadores reportan ganancias y se reparten utilidades, no porque haya mejorado objetivamente su productividad; sino porque gozan de un beneficio adquirido políticamente a costa de otros; con daños y perjuicios para otros.
Y nótese que no es el país el que recibe los beneficios. Si así fuera, ¿cuándo fue la última vez que recibiste un cheque por las utilidades que son consecuencia de la devaluación artificiosa del quetzal?
Si todavía no estás indignado, es porque no estás poniendo atención. Pero aquí ta va otra:
La recaudación tributaria se beneficia con la devaluación artificial del quetzal; y ¿qué significa eso? Que más dinero de los tributarios pasa del sector productivo y voluntario de la economía al sector improductivo y coercitivo de la economía. Significa que hay más dinero para la piñata y menos dinero para ahorrar, formar capital e invertir.
…y luego, los políticos y burócratas que dirigen el Banco de Guatemala gimen porque ven riesgos para el crecimiento económico. ¡No se puede crecer en una economía artificiosa, con precios censurados y montada sobre privilegios! ¡No se puede!…y por eso es que migran los chapines.