Uno no puede menos que admirarse cuando está frente a los artistas y atletas del Cirque du soleil. Ese espectáculo es prodigioso no porque sus actos sorprendentes de movimientos, música, colores y texturas no tengan explicación, sino porque la tienen y porque sus cualidades son extraordinarias. El Cirque du soleil no es magia, sino talento, disciplina, arte, y areté.
A ver…¿Quién no se va a admirar al ver personas caminando en paredes verticales? El hombre araña es posible; pero no sólo por el artificio de las computadoras y los genios que nos ilusionan con sus imágenes, sino por hombres y mujeres de carne y hueso que se entrenan para saltar a una cama elástica, salir de ella y trepar caminando por una pared vertical para luego, con gracia casi indescriptible, posarse en algún lado. Como si volaran, como si hubieran sido criados en desfiladeros. ¡Ese fue mi acto favorito durante Dralion! Puedes ver algo de eso en los segundos 30 y 42 del trailer.
Mi segundo acto favorito fue el de los jóvenes chinos que saltan cuerda en una pirámide humana de tres pisos. ¡Que fuerza, que coordinación y que habilidad! Puedes ver ese acto en el segundo 51 del trailer.
Como niño, no pude sino gozarme a los leones, a los payasos, a la contorsionista y a los chicos de los palos de bambú. En realidad todos los actos emocionan con las habilidades de quienes los ejecutan acompañados de música intensa y luces magistralmente operadas.
La primera vez que estuve en Las Vegas casi no tuve tiempo libre y no pude ver O; y la segunda vez que fui a aquella ciudad tenía que elegir entre ver Zoomanity y comer en buenos restaurantes, así me quedé si ver ese espectáculo. Por eso estaba muy contento de ver Dralion.
