17
Ene 22

Dos pelis francesas

 

En el fin de semana vi dos películas francesas que quiero compartir: Calle de la humanidad, 8; y Mala hierba.

El título en inglés de Calle de la humanidad, 8 es Stuck Together; y es más atinado.  Es la historia de varias personas que viven en un edificio de apartamentos, en París, Francia, durante la peor parte de los encierros de 2020.  Me pareció genial porque, es admirablemente respetuosa del dolor de las personas que han perdido seres amados y cercanos durante la pandemia, y aborda con un sentido extraordinario del humor los absurdos, y sin sentidos que abundaron -y abundan- en el contexto del covid-19 y de los confinamientos forzados y arbitrarios.  No es para personas sin sentido del humor, ni para personas como el personaje Martin Becquart.

Mala hierba es diferente.  Es una peli de redención y de perdón.  Es la historia de Wael -un estafacor- y de su madre adoptiva, Monique.  Ambos paran colaborando con un amigo de Monique que trabaja con un grupo de jóvenes problemáticos.  Podría ser la típica peli de patojos rebeldes; pero no lo es porque está construida de forma ingeniosa y tiene muy buenas actuaciones.  Eso hace que los clichés pierdan relevancia.  Además, en los tiempos que vivimos, luego de dos años de encierros forzados con sus consecuencias devastadoras material y espiritualmente, los jóvenes necesitan más atención de la que posiblemente les estamos prestando.

Ambas están en Netflix y otras pelis el sábado y domingo; pero estas fueron las que más me gustaron.


21
Abr 17

Historia única vrs. libertad de expresión

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Es imposible hablar del pensamiento único, sin hablar de poder, dijo la escritora nigeriana Chimanda Adichie, en una célebre TED Conference.  Las historias están definidas por el principio de poder; cómo son contadas, quién las cuenta, cuándo son contadas, cuántas historias son contadas, depende realmente del poder.  El poder no es sólo la capacidad de contar la historia de otra persona, sino el de convertirla en la historia definitiva de esas personas, añade.

Las historias importan. Muchas historias importan.  Las historias han sido usadas para despojar y para difamar; pero también pueden ser usadas para empoderar y humanizar.  Las historias pueden romper el espíritu de la gente; pero también pueden reparar la dignidad rota.  Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta de que nunca hay sólo una historia recuperamos el paraíso, dijo Chimamanda Adichie.

La historia única produce estereotipos, y el problema con los estereotipos no es que sean verdaderos, sino que son incompletos; hacen que una historia sea la única historia, dice la señora Adiche.

De todo esto me acordé ahora que la libertad de expresión está bajo ataque en Guatemala con el propósito de que prevalezcan las visiones, los valores y las perspectivas de quienes ejercen el poder y de quienes influyen en él.  Milton Friedman explicó que una marea de opinión, una vez que fluye fuertemente, tiende a barrer sobre todos los obstáculos todas las opiniones contrarias y los que controlan e influyen en el control de la educación y las comunicaciones, entre nosotros, lo han entendido bien.

Ya lo dije antes; pero lo repito: si un diputado –cualquiera que sea– no puede opinar libremente sobre temas propios de la cosa pública como el uso de los recursos de los tributarios (aunque la Constitución lo ampare expresamente), ¿cuánto tiempo va a pasar antes de que nadie pueda opinar contra la marea de opinión y contra la historia única que conviene a quienes ejercen el poder, o influyen en él? Si la mordaza tiene éxito en el caso de un diputado, un periodista o un individuo cualquiera, ¿a cuántos más va alcanzar la mordaza en cuánto tiempo?

Columna publicada en elPeriódico.


14
Jun 14

Los peligros de la historia única

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Hace unas semanas, un grupo de colegas compartió -conmigo- esta historia por la escritora nigeriana Chimamanda Adichie a quien yo no conocía.  Comienza llamándonos la atención sobre cómo es que somos muy vulnerables frente a las historias que nos cuentan, particularmente cuando somos niños.

Por medio de su experiencia como africana y con la africanidad, Chimamanda nos cuenta que hay diferentes versiones del pensamiento único.  Es imposible hablar del pensamiento único, sin hablar de poder, dice la escritora.  Como los roles económicos y políticos, las historias también están definidas por el principio de poder cómo son contadas, quién las cuenta, cuándo son contadas, cuántas historias son contadas, depende realmente del poder.  El poder no es sólo la capacidad de contar la historia de otra persona, sino el de convertirla en la historia definitiva de esa personas, añade.

Viene muy al caso luego de leer Retrato de un texto, por Fritz Thomas.  En esa columna Fritz comenta que recientemente adquirió un ejemplar de un libro de texto Ciencias Sociales y Formación Ciudadana, cuarto grado de las carreras del ciclo diversificado, y se dio a la tarea de estudiarlo detenidamente. Fritz quedó impresionado por el sesgo de ese libro de texto y con mucha tristeza concluyó que es un manual de indoctrinamiento que fomenta el conflicto.

Viente al caso, también, luego de leer El terrorismo mediático de la exguerrilla guatemaltecatexto en el que Antón Tursinov identifica  las estrategias de este terrorismo mediático que han utilizado los (ex)guerrilleros en dos campos principales de acción: la manipulación de la opinión pública internacional, como máxima prioridad a corto y mediano plazo, y el ámbito nacional, aprovechando el deficiente sistema de educación estatal guatemalteco, como la estrategia a mediano y largo plazo.

Ambos textos evidencian la construcción de un pensamiento único, monopólico, dominante y prevaleciente, incuestionable.  Tema contra el cual nos previene Chimamanda Adichie.

En aquel contexto, por ejemplo, se explica el documental perdido de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, por ejemplo.

La historia única produce estereotipos, y el problema con los estereotipos no es que sean verdaderos, sino que son incompletos; hacen que una historia sea la única historia, dice Chimamanda.

La historia única, o el pensamiento único, le roba dignidad a las personas; irrespeta la capacidad intelectual de las personas; usa a las personas y es más indignante cuando aquellos robos, irrespetos y usos ocurren en niños.

Las historias importan.  Muchas historias importan.  Las historias han sido usadas para despojar y para difamar; pero también pueden ser usadas para empoderar y humanizar.  Las historias pueden romper el espíritu de la gente; pero también pueden reparar la dignidad rota.  Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta de que nunca hay sólo una historia recuperamos el paraíso, concluyó Chimamanda Adichie.

Los chapines podemos aprender de los que nos cuenta esta escritora.  Hay otra historia y otro pensamiento más allá del que la comunidad oenegera, la exguerrilla, la CICIG y el estatismo nos imponen en las aulas, en los medios masivos y en la propaganda.  ¡Cuidado!, porque la historia única es peligrosa.

Si te interesa el tema, te invito a leer: Peligroso pensamiento unico en Chapinlandia.