El secuestro de cuatro turistas belgas que viajaban de Río Dulce a Livingston, está teniendo efectos. Guatemala es uno de los países más peligrosos del mundo, se lee en las recomendaciones para viajeros que publica la oficina de Asuntos y Comercio Exterior de Bélgica. La página de Internet añade que los ataques a mano armada son comunes y ocurren todos los días. Además relata los hechos del 14 de marzo, cuando campesinos pretendían tomar a los visitantes belgas de rehenes, para exigir la liberación de su líder Ramiro Choc. Entre las previsiones, se sugiere a los viajeros que permanezcan el mayor tiempo posible en grupo y acompañados por un guía local.
La alcahuetería de esta y de otras administraciones, con la dirigencia popular, hace que esta sea cada vez más audaz en cuanto a sus desafíos.
Al año pasado, allá por octubre/noviembre, un médico venezolano que viajaba por Petén vió a un grupo de personas uniformadas al modo chavista en reuniones con campesinos. Que no nos extrañe, pues, que acciones como las de Izabal se vayan multiplicando y subiendo de tono.
Y mientras, tanto, a nosotros, los chapines, ¿quién nos advierte que cada día es más peligros vivir por aquí?