No hay peor cuña que la del mismo palo…

Nos dicen que somos unas indias, bestias y analfabetas, y que por eso no les hacemos caso, denunció Juana Apen, vendedora de chuchitos en el Portal de las Panaderas, de la Antigua Guatemala, al relatar que los policías municipales de aquella ciudad abusan de sus compañeras vendedoras.

Los policías les arrebatan sus objetos típicos, su maní, sus algodones de azúcar, sus flores y otros productos; y luego las vendedoras tienen que pagar multas de entre Q400 y Q500 para recuperar su propiedad.

Supongamos que los policías hacen lo que hacen en cumplimiento de regulaciones de zonificación y ese tipo de cosas.  La pregunta es, ¿tienen que ser patanes, abusivos e irrespetuosos? ¿Puede la policía quitarle su propiedad a las personas así nomás?

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