A la pregunta de ¿quién tendría más capacidad para mejorar la situación de los indígenas?, en La encuesta del Siglo, 23% de los encuestados opinaron que sería Rigoberta Menchú, indígena quiché y Premio Nobel de la paz. Y adivine usted quién quedó de segundo, con nada menos que 22.9%: Otto Pérez Molina, general del Ejército, combatiente durante la guerra protagonizada por la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Empatados, ¿o no?
Es muy interesante; pero cuando en los comicios de 2003 fue candidato el general Efraín Ríos Montt, en Quiché la URNG obtuvo 8,218 votos; en tanto que Ríos Montt alcanzó 55,146 votos y el Partido Patriota, de Pérez Molina llegó a 29,960. En Huehuetenango, otro departamento principalmente indígena, como Quiché, la exguerrilla obtuvo sólo 10, 723 votos; en tanto que Ríos Montt alcanzó 44,665 y el partido de Pérez Molina llegó a 32,435. Y la historia no es muy diferente en otros departamentos indígenas.
Creo que algo podemos aprender de todo esto. La dirigencia popular, las ONG y los países amigos podrían aprender algo. El Ejército debería aprender algo. Los historiadores y periodistas, deberían leer y meditar estas cifras.
Lo único que en verdad puedo concluir es que las campañas publicitarias y los regalos siguen siendo más efectivos frente a un pueblo con escasa educación.
Una buena parte de la izquierda guatemalteca ya debería aprender eso, sin embargo lo único que saben es manchar su imagen ante la clase media-alta con destrucción en sus manifestaciones y ni siquiera pueden llegar a la clase media baja por falta de financiamiento a sus campañas.