El jueves pasado me pasó algo chulo en el tráfico. En eso estaba cuando le dí paso a un taxista y ¡Sorpresa! cuando se pasó a mi carril sacó, por la ventanilla izquierda, un cartelito que decía Muchas gracias.
¡Y me hizo el día! porque aunque algunas personas agradecen con luces, o con un gesto cuando uno les da paso; aunque nunca faltan los corrientes que son incapaces de bajar su ventanilla, o de poner luces y pasan como si uno les debierra dar paso por obligación. Cuando estoy en el tráfico siempre doy via y siempre doy el paso porque estoy convencido de que algo de buena educación y cortesía básica mejorarían bastante la situación agobiante.
El taxista en cuestión dio un paso más allá y con ese cartelito no sólo demostró ser un caballero, sino uno con sentido del humor y con ánimo de aliviar una situación que para muchas personas es casi tortura. Chapó para el buen hombre del taxi en cuestión. No le pude tomar foto al cartel porque me pilló de sorpresa. Pero un poco adelante, donde nos hizo parar el semáforo trate de fotografiarlo; y aunque no se pudo comparto la foto y la anécdota en agradecimiento.
Mi abuela decía que es de bien nacido ser agradecido; y Henry Hazlitt escribió que los buenos modales sirven para hacer de la vida un baile armónico y no una serie de golpes y sacudidas. El cartel del taxista me recordó a una dama que fue fotografiada mientras pedía via con un guante de Minnie Mouse. Hazlitt observó que los códigos morales con raícces religosas son ascéticos y severos; en tanto que los relativos a los modales requieren que, al menos en apariencia, seamos alegres, simpátcos, cordiales y corteses. El maestro dice que los buenos modales son la ética de la vida diaria. Por eso valoro muchísimo el gesto del guante y el del cartelito que dice Muchas gracias.
La de arriba es una conferencia que di al respecto en 2023 y espero que te guste.