Mi tía abuela, La Mamita, contaba que en la mañana del 20 de octubre salían gruesas columnas de humo negro del Fuerte de San José de Buenavista…y lo que a mí más me impresionaba: en la ciudad se oía el rugido del fuego que había en aquel cuartel. Me impresionaba porque he oído el rugido de fuegos menores y pienso que debe haber sido impresionante el que se oía desde aquel lugar.
Cuento esto porque la caída de aquel fuerte es el símbolo de la victoria del movimiento que acabaría con el gobierno de Federico Ponce Vaides y daría inicio a lo que conocemos como La Revolución en Guatemala. Hoy, que se cumplen 83 años de aquella hazaña ejecutada por artillería colocada en el Cerro del Carmen vas a oír mucho sobre La Primavera de Guatemala; y desde aquí te ayudo a completar la foto de aquel proceso.
Cientos de personas murieron, o fueron electrocutadas, colgadas, apaleadas y sometidas a diferentes formas de tortura en las ergástulas que dirigían personajes como Jaime Rosenberg y Rogelio Cruz Wer, al servicio de La Revolución y de sus líderes. El mismísimo Juan José Arévalo en su Carta política al pueblo de Guatemala con motivo de haber aceptado la candidatura y otros escritos, dijo que, en el gobierno de Árbenz, la policía fue obligada a practicar torturas repugnantes y a cometer crímenes contra la vida de los adversarios políticos.
Quienes peinamos canas seguramente recordamos Jerry´s Tours, una empresa de turismo de los años 70. Pues Jerry Cattousse, su propietario, fue encerrado y flagelado por orden de Rosenberg y en su presencia. Fue sumergido en el agua por la fuerza. Diez, o más esbirros lo golpearon en todo el cuerpo. Fue dejado desnudo en una celda y ahí le metieron un tiro en una pierna. No fue fusilado porque logró escapar del tristemente célebre Primer Cuerpo de la Policía Nacional.
Flavio Cristóbal Castellanos se lanzó de una ventana antes de seguir soportando las torturas a las que lo sometía el régimen primaveral. En el cementerio de La Antigua hay un monumento con la lista de jóvenes estudiantes y obreros que murieron en los últimos días de La Primavera.
Entre 1946 y 1948, por un acuerdo con los Estados Unidos de América y el primer gobierno de La Revolución, 399 guatemaltecos de orígenes humildes fueron sometidos a experimentos con enfermedades venéreas y de aquel total sólo 74 sobrevivieron, 28 murieron de sífilis, 100 de complicaciones relacionadas, 40 esposas fueron contagiadas y 19 bebés nacieron con sífilis congénita.
En tiempos de La Primavera democrática chapina, el gobierno de Juan José Arévalo tenía sus Chiquilines” grupos de choque con los que se intimidaba a la oposición y se disolvía manifestaciones pacíficas contrarias.
Jacobo Árbenz, El soldado del pueblo, era algodonero, estaba casado con una rica heredera salvadoreña, vivía en el chalet Pomona, en la Reforma, y usaba corbatas Countess Mara que actualmente suelen tener precios que rondan los Q 1000 cada una. Los huelgueros de Dolores hicieron, para el presidente Árbenz, los siguientes versos: Y es que no me gustan las barrabasadas; me gustan las cosas que están definidas, como la morfina, las interpeladas,,.las buenas fincas, ya sean compradas o de las que llaman intervenidas.
Durante el segundo gobierno de La Revolución fue dinamitado el Templo de Minerva de la ciudad de Guatemala.
La Asociación de Periodistas de Guatemala fue fundada por 53 periodistas valientes que se opusieron a una ley mordaza que pretendía imponer el gobierno revolucionario. Más de la tercera parte del primer gobierno de La Revolución se vivió bajo Estado de sitio, sin garantías constitucionales y, durante ese tiempo, muchos periodistas sufrieron agresiones, torturas, cárcel, exilio y muerte. “La prensa guatemalteca recordará, siempre, ese período como uno de los más nefandos”, escribió Pedro Julio García, fundador de Prensa Libre.
La Revolución les ponía impuestos a los radios. El gobierno revolucionario se reservaba la facultad de verificar en domicilios y en vehículos si la gente había pagado los Q.0.25 mensuales de impuesto por cada radio que hubiera en casas y automóviles.
El primer gobierno revolucionario les ponía multas a las barberías que abrieran los domingos; a pesar de que los barberos explicaban que en los días inhábiles era mayor la afluencia de clientes que requieren sus servicios. Los barberos fueron amparados por la Corte Suprema de Justicia cuando también se prohibió que sus negocios estuvieran abiertos después de las 6:00 p. m. ¿Alguien conoce más de estas arbitrariedades?
La Revolución que se celebra hoy era dura con la oposición. Francisco Javier Arana -principal opositor de Árbenz- fue asesinado en circunstancias que nunca han sido aclaradas, en el puente de La Gloria, en Amatitlán, mientras su contrincante observaba desde El Filón. En su momento, Miguel Ydígoras, otro opositor, tenía que desplazarse por el territorio nacional de noche y disfrazado porque pendía sobre él una orden de captura.
El voto clientelar era cultivado por La Revolución entre mozos colonos de las fincas nacionales e intervenidas. Como eran analfabetas tenían que votar a viva voz frente a capataces y autoridades del gobierno cuya misión era conseguir el triunfo de Árbenz.
En pleno auge del socialismo espiritual, en 1945, del presidente Arévalo, el Congreso destituyó de sus cargos en la Corte Suprema de Justicia a tres magistrados que se habían manifestado favorables a amparar a tres personas que habían sido exiliadas por orden arbitraria del presidente. En 1950, el gobierno revolucionario intentó destituir a Arturo Herbruger de la presidencia del Organismo Judicial.
Desde los primeros días de La Primavera, destacados comunistas como Vicente Lombardo Toledano, Miguel Mármol, Obdulio Barthé, Roberto Morena, Gustavo Valcárcel, Juan Vargas Puebla y César Godoy visitaban constantemente Guatemala. Los comunistas criollos fueron ocupando más y más puestos importantes en el gobierno.
Este artículo ya se hizo largo, pero ahora ya tienes una idea más completa de aquellos tiempos. Las apologías y las historias rosa son útiles desde perspectivas políticas; pero si uno es curioso y anda en busca de la verdad, ¿qué mejor que conocer todos los hechos y actos posibles de conocer?
Esta columna fue posible gracias a Un sueño de primavera, por Ramiro Ordóñez Jonama; y a Genocidio sobre Guatemala. Seguramente querrás leerlos para comprender más y mejor la efeméride que celebramos hoy. El primero está disponible en librerías; pero el segundo es algo difícil de encontrar.