Tanta ineptitud no es posible, a menos que sea intencional. Ese fue el comentario que escuché ayer con respecto a la noticia de que los reos del Centro de Detención Preventiva tenían aparatos para anular las antenas bloqueadoras de llamadas telefónicas.
A mí me da risa que el ministro de Gobernación diga que les preocupa cómo llegó ese aparato a la prisión; pero…¡requisaron 10 televisores y un aparato de sonido! Si semejantes electrodomésticos pueden ingresar y permanecer ahí, ¡sin que los encargados se den cuenta!, ¿cómo no iba a ingresar el supuesto aparatito que anula las antenas bloqueadoras? Luego de que esto da risa, da rabia. Porque de verdad: tanta ineptitud no es posible, a menos que sea intencional.
Toda esa historia de los famosos bloqueadores es un fraude costosísimo ya que los citados bloqueadores, que fueron instalados en 2007 en 11 penales —¡y que costaron Q21 millones 276 mil!— ya estaban en desuso en septiembre de 2008, pues a pesar de que el contrato de adquisición incluía mantenimiento, éstos se han deteriorado y en aquella fecha se gestionaba una nueva adquisición a un costo de Q26 millones. El contubernio entre los reos y las autoridades de las cárceles, para eludir los bloqueos, ya se conocía desde hace un año.
La foto es por Carlos Sebastian, de Prensa Libre.
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This entry was posted on sábado, octubre 24th, 2009 at 3:44 pm and is filed under corrupción, criminalidad, delincuencia.
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