El presidente Otto PérezMolina dijo que no volverá a hacer comentario alguno sobre el tema de una modificación constitucional para ampliar el período presidencial y permitir la reelección. Dice que no hablará más de sus intenciones de reformar la Constitución, y que lo de ellos era un debate serio del que otros han hecho un circo. Que hicieron un circo, dice…y ¿se ofendió?
El Presidente también dijo que no le interesa quedarse un día más en el gobierno, especialmente con el ritmo de trabajo que ha llevado. Ojalá que siga tan ocupado como para no seguirla promoviendo en silencio y a hurtadillas.
Exquiusmi flauer if ay machuqued yor pistilos.
En un esfuerzo por entender qué podría estarle pasando a Pérez Molina me acordé del artículo ¿El poder corrompe?, por Jonah Leher, que fue publicado el 24 de agosto de 2010 en The Wall Street Journal Americas, en Siglo 21. El mismo explica que la gente con mucha autoridad tiende a comportarse como los pacientes neurológicos con el lóbulo orbito frontal dañado.
Los ofendidos debemos ser nosotros con todos los abusos de autoridad y la corrupción. Por supuesto que se volvió circo la payasada que quiso hacer. Menos mal no lo tmomamos en serio y lo metimos al bote.