En Semana-Santa-Mode

Las procesiones son todo un acontecimiento de varias naturalezas.  Es religioso para quienes gustan de esas cosas; es cultural para quienes admiramos su riqueza en esa ámbito; y es un paseo para otros.  En todo caso, para el chapín, las procesiones son un montón de cosas.

Algunas familias, por ejemplo, elaboran alfombras para el paso de las procesiones.  Mis favoritas son las de aserrín coloreado; pero las hay de flores, de frutas y hasta pintadas.  Ir a una procesión, generalmente implica comer algo.  Desde las tradicionales empanadas de leche y estrellas de harina, hasta maní, pasando por los algodones de azúcar, los pirulíes, panes con frijoles, enchiladas y hasta pizza.
A las procesiones las acompañan ventas improvisadas de mantillas; así como ventas de jueguetes variados como luces, yoyos, rehiletes, y otros.  Antes se veían ronrones, pero ahora no vi ninguno, y tan pronto como la consiga, pondré la foto de un ronron en este espacio.
La decoración de las andas es un gran atractivo en las procesiones y es motivo de competencia entre los grandes cortejos.  También son motivo de atractivo las bandas y la música que tocan.  Es una especialidad musical esa de las marchas fúnebres.
En las fotos vemos parte de los cortejos que acompañan a La Recolección y a El Calvario.  Incluyendo los Pasos, de esta última y su célebre Escuadrón de Romanos.  También se ven cucuruchos y penitentes.
En Guatemala, todo el país se pone en Semana-Santa-Mode desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Páscua.  Por el estallido de sabores, olores, colores y sonidos que esto implica, es la mejor temporada para visitar el país, tanto para locales como para extranjeros.  Esto es porque, aún quienes hemos nacido y crecido aquí, no conocemos la inmensa variedad de costumbres y tradiciones que se celebran en cada rincón del país.

 

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