Siguen los suicidios de niños

 

Leí, con tristeza, que en Guatemala, entre enero y junio de este año, más de 60 niños se han colgado y suicidado.  A este paso se va a superar la cifra de 90 suicidios de menores ominosamente alcanzada en 2021.

Ilustración anónima (Meister 3) – Hochschul- und Landesbibliothek Fulda, Dominio público, via Wikimedia Commons.

En Guatemala el suicidio es la tercera causa de muerte. Para buscar ayuda con este tema, se puede acudir a https://www.facebook.com/Amavidagt/, o llamar a la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, Teléfonos: 2232 6269 / 2238 3739.

En septiembre de 2018 comenté la noticia de que la tasa de suicidios, en Nebaj, ha crecido de seis casos en 2009 a 21 en 2017 y a 14 en lo que va del año; y advertí que hay un subregistro y que se estima que las cifras podrían triplicarse.  El fenómeno del suicidio no es exclusivo del área Ixil; en San Carlos Sija, Quetzaltenango, también hay preocupación por el mismo tema. 

Según un artículo que leí,  El infante potencialmente suicida es un niño que piensa más en la muerte que otros. A nivel cognoscitivo está mucho más desestructurado, viven los fracasos de forma más grave de lo que realmente es, sin encontrar vías alternativas de solución.Tiene más variaciones en el concepto de la muerte, piensa más en ella como un fenómeno reversible; vive el fracaso escolar como un fenómeno sin solución. Su capacidad de pensamiento es limitada y posee visión de túnel lo que le imposibilita encontrar opciones viables. En Guatemala, ¿cómo están siendo afectados los niños?

La depresión infantil es un hecho y se refiere a un conjunto de síntomas, que como mínimo debe durar alrededor de un mes:

• El humor: el niño se siente triste, llora con facilidad, es
incapaz de encontrar disfrute en diferentes cosas que antes
gozaba.
• El aspecto psicomotor: se cansa sin motivo y su actividad
desciende a pasos agigantados.
• El aspecto cognitivo: apreciamos que sus pensamientos están
distorsionados, parece haberse alterado la capacidad de comprensión y la capacidad de atención.
• Aspectos psicosomáticos: alteración del sueño, en el comer, pérdida de apetito, dolores de cabeza, vómitos, orina involuntaria y dolores abdominales.

No me sorprende que en Guatemala, a causa de la pobreza extrema, de la falta de oportunidades, de la desintegración familiar, y del temor impuesto por las políticas y los sistemas de creencias covidianos crezca el número de niños suicidas.  Los que saben de estos temas me han comentado que, cuando se trata de la prevención del suicidio de niños hay que prestar atención a la calidad de las relaciones entre los adultos cercanos a los menores.  Esto tiene sentido porque los chicos dependen -en distintos niveles- de aquellas relaciones entre adultos. Hay que prestar atención a la memoria genética y por esto es necesario desestigmatizar el suicidio y reconocer si en la familia hay antecedentes.

Por último y no menos importante, recordar, siempre, que los suicidas no quiere morir.  Lo que quieren es dejar de sufrir. Y ahí es donde podemos ayudar.

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