Meditación necesaria sobre el aborto

 

La despenalización del aborto hasta la semana 24 de gestación es un crimen. Escribo esto en el contexto de que en Colombia, la Corte Constitucional resolvió que ninguna mujer puede ser juzgada (judicialmente, por supuesto) por abortar hasta los seis meses; y lo escribo porque quienes siguen esta columna y Carpe diem en luisfi61.com saben que estoy a favor de la despenalización del aborto hasta la semana 12 de la gestación.

Embrión humano de cinco semanas, Foto por Ed Uthman, MD, dominio público, via Wikimedia Commons.

¿Por qué? Porque estoy convencido de que la vida actual (actual life” de una mujer debe prevalecer sobre la vida potencial de un cigoto, de un embrión, o de un feto de 12 semanas. ¿Por qué ese límite? Porque no hay posibilidad alguna de que un feto (que no es un bebé) de 12 semanas viva biológicamente si es separado de la mujer que lo está gestando. En cambio, a las 24 semanas, el feto ya podría sobrevivir fuera del útero.

Para los seres humanos la vida no es sólo biológica como lo es para una ameba, o una tortuga.  Para los humanos vivir es florecer (to flourish) y como la gestación y la maternidad implican responsabilidades y tienen efectos que pueden alterar sustancialmente la vida de la mujer, su vida actual tiene prioridad sobre la vida potencial del cigoto, del embrión, o del feto.

En tres meses una mujer que no puede, o no quiere gestar y/o ser madre, tiene suficiente tiempo para decidir si quiere, o no interrumpir el embarazo; y pasado ese tiempo -especialmente cuando el feto ya podría sobrevivir fuera del útero-  no cabe el aborto como posibilidad moral.  A esas alturas, la opción ética para la mujer que no puede, o no quiere ser madre es la adopción.  Institución que fue pervertida en la sociedad guatemalteca en perjuicio de los bebés no deseados y de las mujeres que los procrean.

Podrá no ser delito, pero sí es un crimen el aborto a las 24 semanas.  La decisión de la corte colombiana no es un avance histórico, sino una ignominia que daña a los fetos y a las mujeres y al hecho de que ellas son dueñas de sus cuerpos, y daña la conversación legítima sobre un tema muy controversial. ¿Qué piensas?

Columna publicada en elPeriódico.

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