La arrogancia y el “estado-niñera”

 

Hay médicos que hacen recomendaciones urbi et orbi como si fueran los médicos familiares de la sociedad.  Con una facilidad que da escalofríos se desentienden de las consecuencias dañinas de aquellas, que son económicas, laborales, educativas, psicológicas y físicas.

Lo mismo ocurre con burócratas, oenegeros y activistas que ignoran lo que es no contar con un cheque seguro el 15 y otro el 30.  No es lo mismo firmar cheques en el reverso, que en el anverso.  Entre aquellos médicos arrogantes y los personajes citados, hasta se habla de restricciones extremas como prohibir la movilidad total de las personas.  Pero, ¿quién va a llevar el pan a la mesa y quién va a pagar el alquiler si no hay trabajo? ¿Quién va a responder por lo que no están aprendiendo los niños mientras fingen frente a sus computadoras, entre hastiados y deprimidos? ¿Sabes que en el contexto de los encierros por el virus chino han aumentado los suicidios entre niños y adolescentes en el mundo? ¿Cómo será en Guate? ¿Alguien sabe y le importa? ¿Qué ocurre con los viejitos durante los encierros? ¿Quién responde por aquellas vidas? ¿Los médicos y otros personajes que exigen medidas extremas de encierro y aislamiento?

La imagen es de propinc.store.

Aldo Castañeda, médico guatemalteco célebre, contó en 2008 que buen número de la profesión médica alemana participó no sólo en la ideación de los crímenes nazis, sino que lo hizo en la ejecución de aquellos horrores. Es muy fácil entrar en una ética resbaladiza, advirtió, y hay que tener muchísimo cuidado.  ¿Sabes por qué no me extraña? Porque es fácil pasar de ser el sanador, a creerse el semi-dios y a ser el controlador y el erradicador a cualquier costo.

Si los hospitales están saturados es porque los pipoldermos nunca cumplieron con dotarlos con las camas, equipo y personal necesarios (a pesar de que ya nos encerraron y nos endeudaron para ello); si no hay más gente vacunada es porque los pipoldermos fueron incapaces de conseguir vacunas a tiempo; el estado-niñera chapín (y sus fans) ofrece hacerse cargo de todos, no puede hacerse cargo de nadie y termina condenando a todos.

Columna publicada en elPeriódico.

Comments

comments

Comments are closed.