No hay desastres naturales

En mi libro de Reading, de Sexto grado, leímos una historia, escrita por un viajero gringo que había venido a Guatemala. En la clase nos emocionó que en uno de aquellos libros hubiera algo sobre Guate.  Dos detalles recuerdo: que al autor le impresionó la arena volcánica negra en la playa; y las casas de la bananera construidas sobre postes.

Este es el tipo de construcciones que había en mi libro de “Reading”. Foto tomada de laprensa.hn

En el contexto de Eta, vi en alguna red social virtual fotos de aquellas.  Alguien las subió y observó como es que ese tipo de construcción protege las viviendas contra las inundaciones.  Tanto el Mitch, como Agatha y Eta, nos dejaron imágenes tristes de casas y campos anegados, así como de personas que perdieron familiares y pertenencias. Otros desastres, como el de El Cambray II y el del Volcán de Fuego, también nos han dejado imágenes de sufrimiento humano, imposibles de borrar.

Es un hecho que los desastres causan dolor y pérdidas materiales.  Pero Héctor Monzón, ingeniero civil, experto en sismoresistencia y con experiencia en el estudio de desastres, ¡hace 14 años! que llamó la atención sobre un aspecto importante: Los desastres no son naturales, sino que los fabricamos las personas.  Lo que es natural es un sismo, o la lluvia que, eventualmente, va a producir las inundaciones; pero son las personas quienes incuban los desastres. ¿Cómo? Pues al ponerse en situación de vulnerabilidad y riesgo.  La verdadera prevención de desastres consiste en identificar vulnerabilidades para anticiparse.

Monzón puso como ejemplo los edificios de entre cuatro y seis pisos construidos en poblaciones prósperas del país, como consecuencia de las remesas. Muchos están construidos con tecnología de blocks y cemento que fue exitosa luego del terremoto de 1976…¡pero para construcciones de dos pisos! Con aquellas edificaciones se crean vulnerabilidades y se incuban desastres.

Yo digo que, si se construyen casas en terrenos en los que hay posibilidades altas de inundaciones, hay que hacerlas sobre postes, como las casas de mi libro de Reading.

Urge identificar vulnerabilidades para reducir la intensidad de los desastres, sobre todo en términos de vidas humanas.

Columna publicada en elPeriódico.

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