Empatía es el concepto que Adam Smith, en su obra Teoría de los sentimientos morales, identifica como la capacidad de ponerse en el lugar del otro para sentir lo que el otro siente, sin perder la identidad propia. Es, digamos, la capacidad de ponerse uno en los zapatos del otro.
Si, ya se que Smith no le llamó empatía, sino simpatía; pero entre nosotros, en el siglo XXI, el término simpatía tiene otras implicaciones inatingentes. Uno podría decir que tal, o cual persona es simpática en el sentido de que es agradable y atractiva.
Para Smith, lo que conocemos como empatía no es solo la capacidad de compartir el sufrimiento, o la alegría ajena, sino que es la habilidad que facilita las interacciones entre las personas, hasta tal punto de que hace posibles el orden y la armonía en la sociedad. Tenemos mejores sociedades en la medida en que hacemos más grandes los círculos de empatía.
De aquello me acordé al horrorizarme por algunas de las reacciones como consecuencia de la desaparición y muerte de un chico de 17 años al que se llevó un alfaque a inmediaciones de Monterrico. Ya es bastante triste y doloroso que muera una persona en plena juventud, como para que los fariseos, y los sacerdotes de la envidia y del odio aprovechen la ocasión para pontificar…sin una onza de empatía.
No es la primera vez que veo esa conducta en redes sociales, e incluso en vivo. Con ocasión de otras tragedias individuales, no escasean los individuos que aprovechan para encender los polvorines de la envidia, el resentimiento y el odio, y no faltan quienes recogen el fuego y lo esparcen por donde pueden. A veces en el espíritu de I am holier-than-thou y a veces en el de la lucha de clases. Motivos para ser pusilánime, supongo que no faltan.
La ausencia de empatía no sólo apunta a trastornos individuales, sino que pone en evidencia a una sociedad en deterioro. No me digas que no has notado, con el encierro forzado, cómo es que muchas personas actúan de forma agresiva y tan poco empática, que hasta dan un poco de lástima.
¿Podemos rescatar la empatía?
Columna publicada en elPeriódico.
Actualización: Por supuesto que la empatía requiere de contexto; y, además, la práctica de la empatía requiere de honestidad e integridad. La honestidad es la virtud de no tratar de falsear la realidad y en no fingir que las cosas son otra cosa que lo que son; y la integridad es rehusarse a falsificar la consciencia, es decir, mantener la unidad entre las acciones y las convicciones propias.