Gran parte del carácter tan propio de las fiestas de fin de año chapinas son las decoraciones que usamos en nuestras casas. Muchas de esas decoraciones están íntimamente relacionadas con la naturaleza y lo que hay disponible para celebrar; y todas reflejan formas de cultura y costumbres. Aún si ocurre como en casa, donde celebramos el solsticio de invierno, el fin de año no sería igual de festivo sin toda la parafernelia chapina.
En la foto se ven mi tortuga, chinchines y jícara de cuando era niño. ¡Esa tortuga y lo demás deben tener por lo menos 50 años! En Guatemala, las tortugas, chinchines y guacalitos sirven para las orquestas que acompañan los ritos y cantos propios de la Navidad.
Mi caparazón de tortuga me la compraron La Mamita y mi abuelita Juanita cuando yo tenía unos seis años. Con mi pequeña tortuga acompañé docenas y docenas de festejos de fin de año, tanto en la casa de las citadas tía abuela y abuela, como en la casa de mis padres. Y en la casa de mi abuela Frances, tenía otra tortuga que todavía era más antigua y que quién sabe a dónde fue a parar.
Una orquesta navideña guatemalteca necesita de tortugas y de otros instrumentos como chinchines, guacales y jícaras hechas de frutos del morro. Mis chinchines, guacales y jícaras que están pintados de negro y tienen diseños en forma de animales, o de plantas. Y el chinchin que más me cae en gracia es el que ves en la foto, con cara de animalito.
El color negro de aquellas piezas es un laqueado singular. Los artesanos chapines lo hacen con hollín y la grasa de un insecto parecido a la cochinilla, al que le dan el nombre de nij. Pero también hay chinchines, guacales y jícaras pintados de colores; y de estos, mis favoritos son los que combinan el rojo y el amarillo.
Ahora bien, estos instrumentos encantadores y primitivos, en manos de niños de entre 3 y 12 años, le dan sonido a una orquesta atronadora que difícilmente puede llevar el ritmo, o si quiera tocar la misma pieza. Y sin embargo, es capaz de evocar recuerdos llenos de alegría y de extraordinarios momentos familiares. Al ritmo de tucutícutu, cada quién hace lo que puede y todos la pasamos contentos si sabemos disfrutar del contenido cultural de las fiestas, aunque no lo compartamos todo.
Son indispensables, para las fiestas de fin de año chapinas, los hilos de manzanillas, chiribiscos, pinos, cipreses o pinabetes, musgo, paxte, barba de viejo o musgo español, chichitas, camarones, aserrín de colores, hojas de pacayas, patas de gallo, pascuas, portales, gallitos, piñas de pino, pino suelto y chorizo de pino, arena y piedrín, pastores y ovejas y otras figuras variadas, bricho brillante y otros adornos de lo más dispares, ranchitos, tortugasy chinchines, cohetes y fuegos artificiales, ponche de frutas o caliente y, tamales.
¿Cuál es tu parte favorita de estas fiestas de fin de año?