Desde hace ratales andaba yo con antojo de frijoles blancos con espinazo; y el día que pasamos por Pachalum, compramos unos frijoles en el mercado de aquella poblacion. Muy atinado que hoy, el día de mi cumplelaños 58, sea esta la entrada que publico.
Hacer frijoles blancos con espinazo es más fácil decirlo que hacerlo. En buena parte porque no es fácil encontrar buen espinazo; a tal punto de que Raúl fue a buscarlo a Santa Catarina Pinula, población que es famosa por sus chicharrones, sus carnitas y su carne de cerdo.
El recado para este platillo tradicional se hace con tomates, cebollas y ajos asados; el caldo se sazona con laurel y tomillo y el toque característico (que hace que uno viaje en el tiempo) es el toque de cominos. Los frijoles blancos se pueden hacer con costilla y sin cominos; pero entonces no es mágico, ni te lleva a las mesas de la casa de mis padres, o a las de mis abuelas. El aroma de los frijoles cociéndose con espinazo y sazonados con cominos es una experiencia que sólo es superada por el sabor y la textura. Raúl dirigió la preparación y yo fui un sous-chef eficiente.
De paso, los frijoles blancos siempre se me han hecho como para el desayuno en una película de vaqueros. Así que, me di el gusto de comerlos también para ese tiempo de comida, acompañado de huevos fritos y servidos en plato de peltre, junto a un pocillo de metal con café.
¡Me alegro mucho de haber comprado los frijoles y de haberlos preparado como manda la tradición! Y me alegro de haber pasado por Pachalum al volver de nuestra excursión a Joyabaj.