¡Ancas de rana!

¿Por qué es que no las había probado antes? Quizás porque nunca se presentó la oportunidad.

Mi sobrino, Andrés, trajo unas a casa y dispusimos prepararlas.  Con mi mamá las pasamos por leche, las rebozamos en harina con sal, pimienta abundante y algo de perejil picado y las freímos en aceite de oliva.  Previamente hice un all-i-oli que sirvió de acompañante perfecto.

¿Cómo son y a qué saben las ancas de rana? Pues…¡sorpresa!, a alitas de pollo.  Yo quedé convidado, como decía mi abuela porque son divertidas y porque salieron riquísimas.  Las comimos para agarrar fuerzas antes de preparar el almuerzo del sábado.

¿Donde las consigues? Teléfono 2206- 4500.

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