¿Todos somos Nicaragua? Yo si

¿Sábes qué es lo que me conmueve más cuando veo lo que está ocurriendo en Nicaragua? Los miles de jóvenes que con poco más que sus manos y piedras tienen que enfrentarse a las fuerzas de seguridad del estado, armadas hasta los dientes y sin escrúpulo alguno para disparar a matar.

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En Venezuela ha sido igual, luego de años de revolución, luego de pagar los costos materiales y psicológicos del socialismo, lo único que queda para salir de la pesadilla es que los jóvenes salgan a tratar de recuperar la libertad.  Esa libertad que muchos jóvenes, diez, o veinte años atrás, no dudaron en entregar a cambio de promesas y sortilegios. Esa libertad que muchos empresarios mercantilistas, diez, o vente años después, no dudaron en entregar a cambio de su complicidad.

Cuando veía a los jóvenes nicas desencantados no sólo porque no les hizo justicia la revolución, sino porque el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se ha convertido en una dictadura asesina y corrupta, me acordé de una canción que dice Young ones everywhere, making music they can share. Young ones everywhere,/ touching hands to show they care./ Young ones everywhere,/ get the feeling in the air./ Young ones everywhere,/ miss somebody who’s not there. Y pensé que es una desgracia -para una generación- que la siguiente generación de jóvenes en vez de hacer música que pudan compartir, tengan que exponer sus vidas para escapar de la revolucion y la dictadura que les dejó la generacion que los precedió.

En lo que va de las jornadas que viven los nicaraüenses, el costo ha sido de 34 muertos, y quién sabe cuántos desaparecidos; y no sabemos cuál va a ser el costo total.

En ese contexto es muy apropiado que el símbolo de la lucha de los nicaragüenses y los jóvenes sea la demolición de los aberrantes árboles de la vida, de Ortega y Murillo.  Arboles muertos, que no dan vida, áboles que no dan frutos y que costaron millones de dólares.  Buenos símbolos del socialismo del siglo XXI, asesino y corrupto por donde se lo vea, y en donde se lo vea.

Mis respetos, mi admiración y mis mejores deseos a los jóvenes nicas que luchan, en las calles y donde sea, contra la tiranía.  Pero, ¡Aguas!, la lucha será inútil, y los muertos serán en vano, si la lucha se trata de cambiar una forma de dictadura, por otra.  La lucha será yerma sin no se tiene claro que el enemigo no es sólo el tirano del momento, sino las ideas que lo hacen posible, el sistema de incentivos perversos que crean los tiranos y que aprueban los electores, y la creencia de que el gobierno de la mayoría, y no los límites al poder, es lo que importa luego de deponer una dictadura.

¿Todos somos Nicaragua? Pues aquí y ahora, yo soy Nicaragua.

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