¿Me acompañas? En Egipto, F. A. Hayek ofreció unas conferencias publicadas como El ideal político del estado de derecho. En ellas cita a H. Kelsen, que dice que carece completamente de sentido afirmar que bajo el despotismo no existe orden de derecho (“Rechtsordnung”) y Hayek explica que ese fue el argumento que despojó al concepto de estado de derecho (“Rechsstaat”) de su significado como garantía de la libertad individual; dado que cualquier opresión, sin importar cuán arbitraria, o discriminadora fuera, podría ser legalizada por una legislación que facultara a una autoridad para actuar. Gracias por seguir.
Para quienes el estado de legalidad es un sustituto del estado de derecho, si una normativa cumple con los requisitos formales para convertirse en decreto es suficiente para que sea legítima; lo importante es que genere un orden, y no que proteja los derechos individuales de todas las personas por igual. En este contexto, peligroso, tan ley es una normativa que crea privilegios, o discrimina, como una que protege la vida mediante el delito de asesinato, o la propiedad mediante el delito de robo.
Hayek advierte contra aquello y explica que en la actualidad, la discusión del derecho la emprenden casi en su totalidad personas cuya principal preocupación profesional es “qué es ley´”cuando en realidad tendría que ser “qué debería ser la ley”. Esta situación se vuelve decididamente peligrosa cuando se combina con una tendencia…a considerar que una ley ha sido aprobada como prueba de la necesidad de esa misma ley. De ahí que, entre nosotros, haya quienes crean que todo se arregla con legislación y que legislar sea entendido como producir normativas y regulaciones para todo lo que se mueva, o no; incluidos intereses específicos de grupos de poder de todo tipo; y la proscripción de actividades que para nada deberían ser prohibidas.
Te saqué de la vorágine del día para invitarte a meditar: ¿quieres un estado de derecho que proteja los derechos individuales de todos por igual, frente a quienes ejercen el poder; o uno de legalidad que establezca un orden al antojo de quienes ejercen el poder?
Columna publicada en elPeriódico.
Por eso hay que tener tanto cuidado con cualquier reforma de las leyes más aún las constitucionales