Tradicionalmente numerosos vecinos de La Antigua Guatemala queman el diablo en la plaza frente al antiguo covento de la Concepción; pero este año los organizadores sustituyeron a Lucifer (el que trae la luz, o Venus) por la efigie de una mujer. Y se armó Troya porque las autoridades ediles mandaron a quitar la imágen.
La gente hizo gala del humor chapín y (quizás con ayuda del diablo, que es embaidor) donde estába la célebre diabla puso a un diablito, bebé, con la leyenda: Devuelvan a mi mami, tengo hambre.
El caso es que el Ministerio Público y el Ayuntamiento decidieron devolverle su diabla a la gente; pero con una condición: ¡Que le tapen las pechugas! La diabla está de vuelta; pero los cachurecos han dispuesto que la imágen les ofende.
¿Con qué frase se despidió Jorge Ubico cuando dejó Guatemala? Cuídense de los comunistas, y de los cachuerecos. ¿Para cuándo les pondrán sostenes a las sirenas de la fuente del parque central de La Antigua?
Las fotos son de Prensa Libre y de Soy 502.