Swiss Leak: no es lo mismo Juan Domínguez…

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Hoy amanecimos con la novedad de que la lista de Swiss Leaks podría incluir cuarenta y un cuentas bancarias de guatemaltecos con  unos $32.4 millones en depósitos. Según las noticias y una lista filtrada por Hervé Falciani -un ex trabajador del banco de servicios financieros multinacionales, HSBC, con sede en Reino Unido- aquella organización bancaria asirvió para que miles de sus clientes escondieran millones de dólares por medio de su filial en Suiza.

Los medios chapines no publicaron la lista anunciada de guatemaltecos; pero estoy seguro de que ya empezó la cacería de brujas.

Este es un momento apropiado para detenerse y meditar:

Hay tres grandes grupos de personas que esconden dinero:  Aquellos cuyas fortunas son consecuencia de actos delictivos comunes; aquellos cuyas fortunas son consecuencia de actos criminales y delictivos como el saqueo de el dinero ajeno tomado por la fuerza y aquellos cuyas fortunas son consecuencia del abuso del ejercicio del poder, tal es el caso de los políticos y su clientela que se roban los impuestos y viven de privilegios; y aquellos que protegen de la expoliación y del saqueo sus fortunas legítimamente producidas con trabajo e ingenio.

Los dos primeros son de naturaleza muy distinta a los terceros.  Los dos primeros deben ser expuestos, perseguidos, procesados y condenados por delincuentes y criminales. Pero el tercer grupo sólo hace lo que está moralmente obligado a hacer: defender su propiedad contra el robo. Nadie que proteja lo que es legítimamente suyo contra los depredadores debe ser moral, ni penalmente condenado por defender sus derechos.

Es inaceptable que se ponga en el mismo canasto a los saqueadores y a sus víctimas que se protegen.  Moralmente, no son iguales; son opuestos.

La ilustración es de El periódico.

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